pugna soberanista por los presupuestos del 2015

ERC acusa al Govern de presionar para una «adhesión» a las cuentas

FIDEL MASREAL / Barcelona

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Esquerra mantiene su rechazo a los presupuestos del Govern para el 2015. Y no solo eso; los republicanos viven con indisimulado enojo la actuación del Ejecutivo catalán y el documento interno de la Generalitat que rechaza la prórroga presupuestaria que pide ERC. Fuentes gubernamentales aseguraban ayer que se están produciendo acercamientos entre ambas partes sobre esta cuestión, un extremo que el partido de Oriol Junqueras negó y que atribuyó a una estrategia de «presión».

A cuatro días de la votación de las enmiendas a la totalidad, en la que el Govern no dispone de apoyos por el momento para salvar sus cuentas, la situación ayer era contradictoria. El Ejecutivo de Mas sostenía que unos y otros se estaban moviendo,  mientras Esquerra negaba la existencia de negociaciones y se quejaba de que CiU pretende la «adhesión incondicional» a sus cuentas.

La visión optimista de la situación llevó a la portavoz de CDC, Mercè Conesa, a valorar «muy positivamente» la disposición de ERC a valorar «los pros y los contras» del presupuesto. Conesa hizo un «último llamamiento a ERC», que extendió al PSC, para que apoye al Govern. Pareció abrirse una puerta cuando el diputado de ERC Alfred Bosch habló también de «conversaciones» en busca de un acuerdo y reclamó un presupuesto «más social», pero en el contexto que siempre ERC mantiene: las cuentas han de ser las de un Estado propio y no depender del Estado español.

Los republicanos cargaron ayer contra el documento interno del Govern que describe graves consecuencias negativas si no se aprueban los presupuestos y se prorrogan los actuales. Según los republicanos, sí existe margen con la prórroga para aplicar la recuperación de la paga extra a los funcionarios y otras medidas en el capítulo de inversiones.

EL FACTOR ELECTORAL / Los republicanos lamentaron que el Govern no haya discutido con ellos estos argumentos, e insistieron en que las cuentas de Mas son irreales porque auguran con 2.500 millons de ingresos, mayoritariamente procedentes de deudas del Estado, que «no se pagarán». Esquerra cree que la actitud de Mas responde a una estrategia de presión a Junqueras en la negociación sobre las elecciones plebiscitarias, para convocarlas en clave de confrontación con ERC o bien para prorrogar las cuentas y posponer la cita con las urnas. Ayer el secretario general de Unió, Ramon Espadaler, defendió precisamente la posibilidad de agotar la legislatura si finalmente se  prorrogan las cuentas.