la encrucijada socialista

La 'era Iceta' nace en el PSC con una elevada participación

Pere Navarro felicita a Miquel Iceta ante el presidente del Consell Nacional, Celestino Corbacho (derecha).

Pere Navarro felicita a Miquel Iceta ante el presidente del Consell Nacional, Celestino Corbacho (derecha). / periodico

JOSE RICO / Barcelona

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Miquel Iceta pasó con nota este domingo el trámite que le abría una puerta que conoce sobradamente: la del despacho de primer secretario del PSC. El veterano dirigente fue ratificado por las bases socialistas con una participación más que aceptable dadas las condiciones en las que se halla el partido. Casi la mitad del censo, un 47% de los 20.078 militantes votaron en una elección inédita, en la que el morbo de las primarias del PSOE ayudó a una movilización que sorprendió incluso a los organizadores. Iceta, vencedor antes de empezar por falta de adversarios, obtuvo un 85% de apoyo entre las bases del PSC, a las que prometió una ejecutiva integradora pero con una condición: la «lealtad».

Participaron 9.663 afiliados, un quórum que no llegó a la mitad del electorado, pero superó con creces el 29% de militantes que votó en las primarias que designaron al candidato a las elecciones europeas, hace cinco meses. Las previsiones de la dirección eran más pesimistas, de ahí que el presidente de la comisión gestora que gobierna el PSC, Josep Fèlix Ballesteros, considerase la movilización «extraorinariamente positiva». La otra incógnita de la jornada era el porcentaje de voto de castigo que podía recibir Iceta en forma de voto en blanco o nulo. Al final, un 15%. Nada desdeñable, pero por debajo del 25% de voto que solían arrastrar tradicionalmente los sectores críticos.

En un primer mensaje conciliador antes de ponerse manos a la obra para conformar la nueva ejecutiva, Iceta afirmó haber entendido que el PSC «no es un partido de unanimidades» y que ese 15% de voto en blanco y nulo le obliga a «escuchar a mucha gente» antes del congreso del próximo sábado para intentar minimizar las escisiones en el territorio. Sin embargo, el primer secretario electo recordó de inmediato que la posición del PSC en contra de la consulta del 9 de noviembre no va a variar un ápice: «Este partido ejercerá la oposición de forma responsable para evitar el choque de trenes entre Catalunya y España». Y ya avanzó que quiere reunirse con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, el día 21, una vez ratificado como líder por el congreso del PSC.

Entre los sectores críticos se mantiene la división de pareceres. La 'exconsellera' Montserrat Tura sugirió el voto el blanco, mientras su homóloga Marina Geli dio ayer la oportunidad de «reconciliar» a la cúpula con las bases del PSC. Y otro dirigente crítico, el alcalde de Lleida, Àngel Ros, quiso acompañar al nuevo líder en el seguimiento del escrutinio en la sede nacional del PSC, adonde también acudieron los dos antecesores en la primera secretaría, José Montilla y Pere Navarro.

Recado al PSOE

Iceta lanzó otro recado, como siempre en él de forma velada, tanto a los partidos soberanistas como al PSOE. Felicitó al nuevo secretario general, Pedro Sánchez, pero recalcó los dos hechos diferenciales que dejó el escrutinio en Catalunya: la victoria de Eduardo Madina y el importante número de votos logrados por el tercer aspirante, José Antonio Pérez Tapias, federalista comprometido y el único de los candidatos que era partidario de una consulta. Hechos que demostraron que las bases del PSOE y el PSC no hablan el mismo idioma.