Pablo Iglesias: "En el juego de izquierda y derecha gana la banca"

"Pujol, Bárcenas... Su única patria es el dinero. Es una alianza de traidores para enriquecerse", afirma el líder de Podemos

Pablo Iglesias y el director de EL PERIÓDICO, Enric Hernàndez, durante la entrevista desarrollada en el plató de televisión de EL PERIÓDICO.

Pablo Iglesias y el director de EL PERIÓDICO, Enric Hernàndez, durante la entrevista desarrollada en el plató de televisión de EL PERIÓDICO.

ENRIC HERNÀNDEZ / BARCELONA

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-La viabilidad de sus planes económicos suscita no pocas dudas. La jornada laboral de 35 horas, por ejemplo, podría dañar la competitividad de las empresas...

-Con el paro juvenil que tenemos, repartir el trabajo sin rebajar salarios no es solo justicia social: permitiría incorporar a más jóvenes al mercado laboral e incentivar el consumo. Lo ineficaz es tener un nivel de paro insostenible, una deuda en aumento y una desigualdad creciente.

-Para mejorar las pensiones, sus expertos plantean subir las cotizaciones sociales empresariales. ¿Cómo afectaría a las exportaciones?-Sin moneda propia hemos perdido un instrumento básico para la competitividad: la devaluación. Pero ahora apostar por un modelo productivo diferente supone dar al Estado instrumentos para poder invertir en la economía. La clave de la reforma fiscal es atajar el fraude y que paguen más las grandes fortunas.

-Por cierto, un exsocio le acusa de haber pagado a sus colaboradores en negro. ¿Por qué no se querella?-Seríamos muy torpes si respondiéramos a todas las barbaridades que se dicen de nosotros. Quien crea que defraudamos, cometemos delitos financiados por países extranjeros o nos relacionamos con grupos terroristas, que vaya a los tribunales.

-Renta mínima garantizada. ¿Qué cuantía y cómo piensan pagarla?

-Vicenç Navarro y Juan Torres, los expertos que han elaborado el borrador del programa, nos dijeron que es muy difícil revertir en pocas semanas la actual situación de exclusión social. Es un objetivo tendencial, a largo plazo, que puede plantearse como un derecho universal o como formas de trabajo y ayudas aseguradas por el Estado.

-En la campaña europea planteaban adelantar la jubilación a los 60 años. Ahora ya hablan de los 65...

-No renunciamos al objetivo, pero hará falta tiempo. La clave es tener un modelo productivo más eficaz.

-Proponen subir el impuesto de sociedades a empresas con beneficios superiores al millón de euros. ¿Qué harían con las multinacionales?

-Con ternura, explicarles que para hacer negocio en España deben cumplir las leyes españolas. No pueden venir a forrarse sin dejar nada. El problema es que se ha institucionalizado un chantaje por el que los gobiernos se arrodillan ante las multinacionales. Gracias a la ingeniería fiscal, las grandes compañías pagan menos impuestos que los trabajadores. ¡No pueden ser tan caraduras!

-Les acusan de intervencionistas, de espantar a los inversores...

-Sí, se agitará el miedo, pero frente a quienes plantean escenarios apocalípicos, hay que sonreír. Los que no pagan impuestos harán campaña electoral utilizando a sus partidos, sean CiU, el PSOE o el PP, para decir que con nosotros llegará el caos. Bueno, son las reglas normales en una campaña. Al día siguiente sale el sol y no pasa nada.

-¿Cómo afectaría su reforma fiscal a las clases medias?

-Las clases medias, muy golpeadas por la crisis, ya pagan bastantes impuestos. En un sistema tributario equitativo pagan más quienes reciben retribuciones no diré escandalosas, pero sí de privilegio.

-Respecto a la deuda pública, ahora hablan más de «reestructuración» que de «quitas» o «impagos».-Se entiende mejor así, pero al fin y al cabo se trata de revisar la cuenta: si nos tomamos un café y nos cobran cuatro gintónics, decimos que los pague el que se los han tomado. Veremos a PP y PSOE hablando sobre el pago de la deuda. Al tiempo.

-¿Grecia, con Syriza, es su principal laboratorio de pruebas?

-Fundamental. En la City solo hablan de Grecia y España. Saben que si en Grecia se produce el cambio político, lo habrá en España. Y es probable que Italia, Portugal o Francia se sienten con la señora Merkel y le digan que no quieren ser colonias de Alemania. Ayudaremos a Syriza en campaña e iremos allí a aprender.

-Con el giro moderado y pragmático que han emprendido, acabarán en la socialdemocracia clásica...

--La socialdemocracia clásica era más maximalista que lo que planteamos: una batería de medidas keynesianas de sentido común, un rescate ciudadano para superar la emergencia social. Ofrecemos un programa de mayorías sociales al margen de etiquetas ideológicas. Por eso hay tanto miedo a Podemos, porque saben que podemos ganar. Al poder le encanta la izquierda de hoces y martillos que no puede ganar. El eje izquierda-derecha es un juego de trileros para que gane la banca.

-Sin la corrupción usted no estaría aquí, pero no se le conocen grandes propuestas de regeneración...-La fundamental es acabar con las puertas giratorias: que una empresa no pueda comprarse un expresidente o un exministro; así evitaremos que en el cargo defiendan intereses distintos de los generales. Se ha visto con Pujol, Bárcenas y el PP. La corrupción se ha instalado como un sistema por el que los miembros de la élite se protegen entre sí. Hablen lenguas distintas o se emocionen con distintas banderas, su única patria es el dinero. Es una alianza de traidores para enriquecerse a costa de la mayoría. Eso es lo que se puede cambiar: con reformas del Código Penal, pero sobre todo con más inspectores de Hacienda y con una política económica distinta.