Entra en vigor una rebaja de la luz neutralizada por el mercado

AGUSTÍ SALA / BARCELONA

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Hoy entra en vigor la rebaja de la parte regulada del recibo de la luz que aprobó el Gobierno hace unas semanas y que apenas supone el 2,2%. En todo caso eso solo afecta a alrededor del 40% de la factura, la otra parte, la que está sujeta al mercado ha experimentado un aumento medio del 3,3% en julio con respecto al mes anterior.

Este incremento se suma al registrado ya el mes pasado del 5,2% y en los meses de enero (3%), marzo (0,5%) y abril (1,8%); tan solo se registró caída en el recibo medio en los meses de febrero (5,4%) y mayo (1,5%).

Esta evolución de precios corresponde a un consumidor medio similar al utilizado por el Ministerio de Industria en sus cálculos, con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW) y una demanda anual de 3.900 kilovatios hora (kWh), propia de una familia con dos hijos.

En julio, este consumidor medio ha pagado un total de 75,02 euros por el recibo de la luz, frente a los 72,61 euros en junio. En este cálculo, se toman como referencia los 30 días de junio y el último de mayo para poder realizar una comparación homogénea.

Los 75,02 euros de julio se pagaron a razón de 15,2 euros por término fijo, 43,78 euros por el consumo, 3,02 euros por los impuestos eléctricos y 13,02 euros por el IVA.

La parte que ha decidido reducir el Gobierno en vísperas electorales se produce tras recortar en un 4% la parte del recibo dedicada a sufragar los costes regulados, conocido como peajes, que se aplicará hasta finales de diciembre. A partir de enero, la misma suma de rebaja (250 millones de euros) se repartirá entre 12 meses, en vez de cinco como este año y,por lo tanto, se notará menos en el recibo, explican los expertos del sector.

La bajada de peajes se aplicará al existir un remanente en el esquema de costes del sistema eléctrico de este año de 250 millones, procedente de una partida de pagos por capacidad que no se usó. Estos fondos sirven para retribuir a las eléctricas por tener listas centrales como colchón de seguridad por si fallan las energías renovables.