BARÓMETRO DEL CENTRE D'ESTUDIS D'OPINIÓ

El 'sí' a la independencia cae y el 'no' ganaría por la mínima, según la encuesta del CEO

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JOSE RICO / BARCELONA

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La incógnita del referéndum prometido por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para el 2017 pesa de momento bastante más en el imaginario soberanista que la continuidad de Mariano Rajoy como inquilino de la Moncloa. La investidura del líder del PP tras meses de bloqueo político no ha sido suficiente acicate para despertar al 'procés' de su letargo y el propio barómetro del Govern confirma que el independentismo se ha resentido del verano a esta parte. La fotografía actualizada que ofreció el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat este viernes muestra que los partidarios de la secesión podrían perder ahora mismo tanto en votos como en escaños, tanto en un eventual referéndum como en unas elecciones autonómicas.

En una consulta, el 'no' se impondría por la mínima al 'sí'. El 45,1% de los catalanes se manifiestan contrarios a romper con España, mientras que el 44,9% apoyan la independencia. Apenas dos décimas de diferencia, cuando en julio el 'sí' gozaba de una holgada ventaja de 5,3 puntos sobre el 'no'. En estos últimos cuatro meses, en los que Puigdemont ha aprobado dos importantes exámenes parlamentarios -la cuestión de confianza y el debate de política general-, los detractores de la secesión han arrebatado casi tres puntos a los independentistas, de forma que los 2,8 puntos que cede el sí son los que crece el no.

A pesar de que el contexto en que se efectuó el trabajo de campo, del 17 de octubre al 3 de noviembre, era propicio para el secesionismo, el 'sí' a un Estado catalán se anota su peor registro desde junio del 2015, cuando se situaba en el 42,9%, aunque el 'no' sigue lejos del 50% que alcanzó en aquella misma fecha. Si en el sondeo anterior eran los votantes de Catalunya Sí que es Pot los que aupaban al independentismo, ahora este mismo electorado se pronuncia bastante más refractario. Seis de cada 10 votantes de la coalición escogerían hoy la papeleta del 'no', cinco puntos más que en julio. Y los que votarían 'sí' pasan del 30,5% al 27,9%.

El pinchazo soberanista se certifica también cuando el CEO pregunta a los ciudadanos por su modelo territorial preferido para Catalunya. El 38,9% abogan por el Estado independiente; el 24,1%, por el statu quo autonómico; y el 23,2%, por el Estado dentro de una España federal. En este caso los independentistas se dejan 2,7 puntos desde julio; los autonomistas ceden 2,4 puntos, y solo los federalistas ascienden: 2,3 puntos.

UN PAÍS PARTIDO EN DOS

El director del CEO, Jordi Argelaguet, reconoció que Catalunya está "partida en dos mitades" y que la balanza oscila constantemente en función de la coyuntura política, por lo que, caso de llegar a celebrarse un referéndum, "la batalla será quién consiga movilizar más a los suyos".

Argelaguet tiró de ironía al definir la fotografía del país como de un "empate técnico al estilo cupero", en alusión a aquella esperpéntica asamblea de la CUP que acabó en empate a 1.515 votos. Pero este empate resulta en esta ocasión agridulce para los independentistas porque la mayoría absoluta en el Parlament está en riesgo. Junts pel Sí y la CUP, que ahora suman 72 escaños, se quedarían en una horquilla de entre 66 y 70, siendo 68 el listón mágico de la mayoría absoluta.

Obviamente, se hace difícil otear una alianza de gobierno alternativa que pudiese desbancar de la Generalitat a Junts pel Sí, pero las fuerzas secesionistas no logran frenar la caída que ya consignaban en el barómetro estival. En diputados se mantienen las horquillas como entonces: 60-62 para Junts pel Sí (hoy tiene 62) y 6-8 para la CUP (ahora tiene 10). Pero en intención directa de voto (el voto sin 'cocina'), la coalición de la extinta CDC (hoy PDC) y ERC se precipita cuatro puntos, y los anticapitalistas ceden otro medio punto.

Cabe reseñar en este punto que el CEO parte de la premisa de que Junts pel Sí se repetirá como fórmula electoral en los próximos comicios, algo que aún está por ver. En todo caso, si así fuese, las cosas pintan magras para el partido de Puigdemont y Artur Mas, porque solo el 5,8% de los entrevistados citan a Convergència cuando se les pide que digan espontáneamente a qué partido o coalición votarían. A ERC, en cambio, la citan el 17,8% y encabeza este 'ranking'.

Los únicos movimientos electorales respecto a julio se han producido entre las fuerzas no independentistas. Ciutadans lograría esta vez conservar su condición de primer partido de la oposición pese a caer de 25 a 20-21 diputados. Catalunya Sí que es Pot, que hace cuatro meses se colocaba en segunda posición, se quedaría ahora en 19-20 parlamentarios, que en todo caso supone mejorar con creces los 11 representantes actuales.

PARLAMENTOS SIMILARES

El PSC cedería espacio a la izquierda alternativa y pasaría de 16 a 14-15 escaños, mientras que el PPC se beneficiaría del retroceso de Ciutadans saltando de 11 a 13-14 diputados. "Los parlamentos español y catalán tienden a parecerse cada vez más. Los votantes cada vez distinguen menos entre elecciones autonómicas y generales", aseveró Argelaguet, liquidando así aquella máxima histórica del voto dual de los catalanes.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Los catalanes ven \"muy extendida\"\u00a0la corrupci\u00f3n","text":"La misma pregunta aplicada al Ejecutivo catal\u00e1n arroja que el Gabinete de Carles Puigdemont obtiene un 4,26 de nota media. Un 50,3% de los ciudadanos aprueban su gesti\u00f3n con notas que oscilan entre el 5 al 10, pero un 47,1% la suspenden con puntuaciones del 0 al 4. No obstante, el presidente de la Generalitat y su vicepresidente, Oriol Junqueras, son los \u00fanicos pol\u00edticos que aprueban."}}