SONDEO DEL GESOP

Los votantes de la CUP rechazan investir a Mas

JOSE RICO / BARCELONA

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Bastante ensombrecido por la potencia de la declaración de ruptura con España que este lunes aprobarán Junts pel Sí y la CUP, Catalunya vivirá en la semana entrante, en la sede de su soberanía, un hecho insólito. Salvo giro de 180 grados en las negociaciones de aquí al jueves, será la primera vez que un candidato a la presidencia de la Generalitat no sea investido ni en la primera ni en la segunda votación. Ninguna de las dos fuerzas independentistas parece estar dispuesta a dar su brazo a torcer, de manera que Artur Mas no tendrá más remedio que quedarse en la sala de espera. La negativa de la CUP a facilitar su reelección, solemnizada el miércoles por su jefe de filas, Antonio BañosAntonio Baños, ante la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, tiene además el beneplácito de la mayoría de sus votantes.

Un sondeo elaborado por el Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para EL PERIÓDICO concluye que nada menos que el 67,6% de los electores de la fuerza anticapitalista rechazan la idea de apoyar la investidura del líder de CDC, en la línea de lo que defiende Baños. Solo el 26,2% de quienes votaron a la CUP el pasado 27-S son partidarios de allanar la reelección de Mas. La encuesta se efectuó a partir de 1.600 entrevistas del 26 de octubre al 2 de noviembre, es decir, la semana en que Junts pel Sí y la CUP escenificaron sus dos primeros acuerdos, el que permitió designar a Forcadell como presidenta del Parlament y el que alumbró la resolución que abre el camino de la "desconexión" con España y alienta la desobediencia al Tribunal Constitucional.

Ninguno de estos pactos ha servido para desatascar la negociación de la que sería la tercera investidura de Mas. Una opción, la de reelegir al actual president, que tampoco agrada a la mayoría de los catalanes. La mitad de los encuestados (52,6%) son contrarios a que los cuperos respalden al líder convergente, mientras que un tercio (34,5%) se muestran favorables. Cabe recordar que a Mas no le bastaría con la abstención de los 10 diputados de la CUP para ser proclamado, sino que necesitaría que al menos una parte de ellos pulsasen el botón del .

OPOSICIÓN GENERAL

Después de cinco años en la Generalitat, dos legislaturas no agotadas y alianzas de todo color -Mas alcanzó la presidencia en el 2010 con la ayuda del PSC, gobernó luego con el oxígeno del PP y viró hacia ERC en el 2012 a lomos del proceso independentista-, los votantes de Junts pel Sí son los únicos que apoyan la reelección del president en funciones. El 77% de los afines a la coalición que agrupa a CDC y ERC opinan que la CUP debería respaldarle. Todo lo contrario sucede entre los electorados de las fuerzas no independentistas. La oposición a la continuidad de Mas supera el 85% entre los votantes del PSC, el 89% entre los de Ciutadans Catalunya Sí que es Pot y roza el 94% entre los del PPC. Después del divorcio de CiU, los electores de Unió también se manifiestan ampliamente contrarios a la reelección (65,3%), aunque una tercera parte de sus votantes (34,7%) prefieren que la CUP apoye su investidura.

La fractura entre independentistas y no independentistas se hace patente también en otro dato: el rechazo a Mas supera de largo el 70% entre quienes se sienten tan catalanes como españoles, más españoles que catalanes y solo españoles. En cambio, la mitad de los que se declaran más catalanes que españoles y el 72% de quienes se declaran solo catalanes piden a la CUP que invista al líder de Convergència. Por ideologías, la oposición a Mas es mayoritaria a izquierda y derecha, aunque la franja en la que halla más apoyos es, curiosamente, el centroizquierda.

Pero no solo el president en funciones produce recelo entre los catalanes. También la CUP. La pregunta de si un pacto entre Junts pel Sí y la CUP sería positivo o negativo para Catalunya provoca una (muy) acentuada división de opiniones. El 42% de los sondeados afirman que dicho acuerdo sería malo para el país y el 41,4% opinan que sería bueno. En este caso, los electorados de ambas fuerzas van a la par y creen mayoritariamente en las bonanzas de la alianza. Por el contrario, en los electorados de las opciones no independentistas se imponen de calle las visiones adversas sobre el pacto.

Por ideologías, cuanto más a la izquierda se declaran y más catalanes se sienten, mayor es el porcentaje favorable al acuerdo entre las dos fuerzas secesionistas. En cuanto a las variables demográficas, apuestan más por esta alianza los jóvenes, los catalanohablantes y quienes viven fuera del área metropolitana. En cambio, las percepciones negativas triunfan entre la gente mayor, los castellanohablantes y los residentes en Barcelona y su conurbación. Otro ejemplo de las dos Catalunyas.