la movilidad

21-D: votar mirando el reloj

Atasco de entrada en la ciudad de Barcelona

Atasco de entrada en la ciudad de Barcelona / FERRAN NADEU

Rafa Julve

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Decíamos en un reportaje anterior que en las ciudades más habitadas hay un margen para aumentar la participación en las próximas elecciones autonómicas que puede ser clave en el resultado, pero también advertíamos de que aun así no será fácil multiplicar la movilización respecto del 2015 porque entonces ya se batió el récord en unos comicios al Parlament. Añadimos ahora otro factor que obligará a los partidos a estrujarse las meninges para conseguir que sus electores potenciales no se desmotiven y acaben depositando la papeleta en la urna: la incidencia de la movilidad en unas votaciones en día laborable.

El Gobierno central ha decretado que los trabajadores tengan un permiso retribuido para poder ir a votar el 21-D. Si el horario laboral coincide entre dos y cuatro horas con el de votación, el permiso será de dos horas. Si se solapa entre cuatro y seis horas, de tres horas, y si se superan las seis horas, los asalariados dispondrán de cuatro horas. No entraremos aquí a elucubrar sobre la cara que pueda poner algún jefe cuando el subordinado se lo plantee, sobre la posición en que quedan los autónomos o sobre la afectación en la intendencia familiar que puede tener que ese día no haya escuela.

Pero ¿bastará con esos tiempos? La casuística es tan variada como electores hay. La mayor aproximación que puede hacerse pasa por desgranar la completísima ‘Enquesta de mobilitat en día feiner 2016’ del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Ese informe permite conocer cuántos minutos emplean en sus desplazamientos diarios los catalanes mayores de 16 años que residen en los 36 municipios adscritos a dicha zona. Geográficamente, ese territorio de 635,4 kilómetros cuadrados representa apenas el 2% de la superficie de Catalunya, pero demográficamente tiene un peso incuestionable: 3,2 millones de habitantes, de los que 2.289.334 podrán participar en las elecciones del 21-D, más del 40% del censo (5.553.983). Electoralmente, la participación en algunas de esas 36 localidades puede ser clave en el resultado definitivo.

9,1 millones de desplazamientos

El sondeo en cuestión indica que, sin contar los de los profesionales de la movilidad, en el AMB cada día laborable 2,7 millones personas de más de 16 años efectúan 9,1 millones de desplazamientos, con una media de 3,3 por persona. Dichos desplazamientos, además, tienen una duración media de 23 minutos (ojo, es la media), lo que quiere decir que los habitantes de esta zona emplean alrededor de una hora diaria en esa actividad, tirando por lo bajo.

Porque las diferencias son ostensibles según el tipo de transporte. Caminado o en bicicleta no se llegan a emplear ni 17 minutos por desplazamiento, pero las cosas cambian bastante cuando se utiliza el transporte público. En este, la media ronda los 34 minutos. Si es en metro, 32; pero si es en Rodalies de Renfe (también porque la distancia es mayor) se llega a los 49,4 minutos. Sumadas en este último caso la ida y la vuelta y sin contar desplazamientos encadenados añadidos, los márgenes para votar ajustándose al permiso son cada vez más estrechos. Sin contar las eventuales colas para depositar la papeleta en la urna que pueda haber en los colegios.

Aunque el sondeo indica que la mitad de los desplazamientos no superan el cuarto de hora de duración, al mismo tiempo subraya que aquellos que están relacionados con motivos laborales ocupan una media de 25,5 minutos cada uno. Y más: el 18,6% de los desplazamientos se prolongan durante más de media hora y la duración media de ellos es de 55,8 minutos. Ese 18,6% puede parecer un porcentaje bajo, pero representa a casi 400.000 personas, cuyo voto puede ser clave el 21-D.

La alternativa del voto por correo

-Hasta el 11 de diciembre: solicitud del voto por correo. Los impresos de solicitud de voto por correo se encuentran en las oficinas de Correos. Hay que rellenarlos y entregarlos en mano en cualquier oficina de Correos mostrando el DNI, el permiso de conducir, el pasaporte o la tarjeta de identidad o residencia (en el caso de los extranjeros empadronados con derecho a voto).