El Ejecutivo recibe presiones a favor y en contra de la ley

Desde que trascendió que ley del aborto puede que no entre en vigor esta legislatura, los sectores antiabortistas, por un lado, y la oposición y la organizaciones de mujeres, por otro,  han redoblado sus acciones para presionar al Ejecutivo a que legisle en función de los intereses que defienden.

Así, el colectivo ultraconservador Derecho a Vivir, que ha convocado protestas el próximo domingo en varias ciudades, escenificó ayer una entrega de premios a las puertas del palacio de la Moncloa en la que Mariano Rajoy ganó la medalla de oro al presidente bajo cuyo mandato se han producido mayor número de abortos, con una cifra anual de 112.390. «Rajoy podría poner coto a este drama y tomarse en serio sus compromisos electorales», le emplazó el portavoz de la plataforma, Nicolás de Cárdenas. La Conferencia Episcopal apoyó el jueves con un comunicado las protestas que estén destinadas a exigir la puesta en marcha de la contrarreforma.

Desde un punto diametralmente opuesto, la plataforma feminista Decidir Nos Hace Libres pidió que se acabe con la incertidumbre sobre la reforma, que está provocando la «estigmatización» de las mujeres que interrumpen su embarazo. La oenegé ha convocado, por su parte, una manifestación el 28 de septiembre a favor de un aborto seguro y accesible. Y el PSOE, que se sumará a esta marcha, exigió en decenas de ruedas de prensa la retirada del proyecto y del recurso que pesa sobre la ley de plazos.