La ejecutiva del PSOE se parte entre defensores de las primarias y el congreso

JUAN RUIZ SIERRA / Madrid

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Todos los miembros de la ejecutiva socialista coinciden: la reunión ha tenido un “tono bajo”, pero no “crispado”. El anuncio este lunes del todavía secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, de que tira la toalla y convoca un congreso para el 19 y 20 de julio ha sido acogida sin muchas sorpresas, porque el ambiente había comenzado a fraguarse tras la derrota en las europeas (cuando los socialistas obtuvieron el peor resultado de su historia: 23% de votos y 14 diputados), pero eso no ha impedido que muchos dejaran claro que no compartían la medida. La ejecutiva se ha dividido entre los partidarios de celebrar primero las primarias y los que han aplaudido sin reservas el congreso para renovar a toda la cúpula.

El primero en hablar tras la intervención del líder ha sido Eduardo Madina, que hasta ahora era uno de los principales favoritos para convertirse, a través de unas primarias abiertas a militantes y simpatizantes, en el próximo candidato socialista a la Moncloa. Muy crítico con la decisión, el diputado vasco se había preparado a conciencia sus palabras. “Un congreso es usurpar la decisión que debían tomar los ciudadanos”, ha dicho, según varios de los presentes. Su reflexión ha sido compartida por muchos dirigentes, mientras que varios barones y los colaboradores más cercanos a Rubalcaba se han posicionado en contra. Entre los que han defendido las primarias antes del congreso estaban, entre otros, la diputada Esperança Esteve, del PSC; la exministra Trinidad Jiménez y el hasta ahora líder del PSOE en la Eurocámara, Juan Fernando López Aguilar.

El temor de Madina, como el de Carme Chacón, otro de los nombres que más sonaban para las elecciones internas, es que el partido vuelva a dar una imagen de organización encerrada en sí misma, así como que finalmente las primarias de noviembre no se acaben celebrando, ya que nadie se atravería a enfrentarse a un secretario general recién nombrado, que sería designado cabeza de lista a las generales por aclamación.

Las incógnitas

Pero nada de eso está claro. “¿A qué tipo de congreso vamos? ¿A uno de transición, que elija a una dirección de trámite que gestione las primarias? ¿O a uno en serio, que elija a un líder fuerte? Si es así, necesitamos que la militancia vote, porque lo están exigiendo”, se ha preguntado esta tarde un dirigente territorial. Como él, Pachi Vázquez, exsecretario general de los socialistas gallegos, ha planteado durante la ejecutiva que se estudie la posibilidad que él llevó a la práctica en su federación: que sean las bases, y no los delegados designados por los aparatos, quienes elijan al nuevo líder del PSOE.

En contra de la celebración de las primarias antes del congreso se han mostrado, por ejemplo, el exlendakari, Patxi López, y el secretario de Organización del partido, Óscar López. También el socialismo andaluz comparte esta tesis. De hecho, muchos en el partido ven la mano de Susana Díaz, presidenta de la Junta y dirigente con más poder en el PSOE, detrás de la decisión de Rubalcaba. Al haber heredado de José Antonio Griñán su cargo en el gobierno autonómico, Díaz no ha pasado la reválida de las urnas, pero sus partidarios consideran que el resultado de las europeas en la comunidad (los socialistas superaron en 10 puntos a los conservadores) ya es suficiente legitimidad. Si finalmente se presenta a la Secretaría General, algo no descartable, sería quien, en principio, más posibilidades tendría de hacerse con la victoria. Andalucía es la federación más fuerte e influyente. El 25% de los militantes del partido proceden de la autonomía.

Mientras tanto, Madina y Chacón sopesan si postularse al congreso, retirarse del todo de la la carrera o bien esperar a las hipotéticas primarias de noviembre. Si alguno de ellos diera este último paso y acabara ganando las elecciones internas al secretario general, entonces habría que convocar un nuevo congreso extraordinario, porque la bicefalia sería imposible.