Duran, un animal político desairado por Pujol

La decisión del 'expresident' de escoger a Mas como su heredero fue el momento más difícil del líder de Unió

Duran Lleida y Pujol, en un mitin de CiU en Castelldefels en el 2001.

Duran Lleida y Pujol, en un mitin de CiU en Castelldefels en el 2001. / periodico

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Josep Antoni Duran Lleida (Alcampell, 1952) accedió hace tres décadas al liderazgo de Unió, un partido histórico que transformó en un proyecto basado en un fuerte liderazgo personalizado y en un espacio ideológico democristiano crítico con las tesis más soberanistas de sus socios de Convergència. Durante años mantuvo una pugna periódica con CDC para ganar mayor cuota de poder interno y la decisión de Jordi Pujol de escoger a Artur Mas en lugar de Duran como su heredero fue una de las etapas más duras del democristiano, que se creía más capacitado para asumir el liderazgo de CiU. Tras la decisión de CDC de apostar por el independentismo, y tras la ajustada victoria de los contrarios a esta opción en la consulta interna a los militantes de Unió (en la que particuparon poco más de 2.500 personas), CDC y Unió rompieron la federación.

DE ALCAMPELL AL CONGRESO

Duran inició su trayectoria en el Ayuntamiento de Lleida y obtuvo escaño en el Congreso en 1982. Su principal tarea en cargos de responsabilidad fue la Conselleria de Governació i Relacions Institucionals que ocupó solo por espacio de un año, dado que dimitió en protesta por la decisión de Pujol de optar por Mas como sustituto. Varias veces diputado en el Congreso, desde el 2004 fue jefe de filas de CiU en las Cortes. En el 2011 logró que por primera vez la federación se impusiera en unas elecciones generales en Catalunya.

Los últimos cargos en CiU fueron los de secretario general de la federación, de los que dimitió en el proceso de crisis interna entre ambos partidos por la decisión de CDC a apoyar la vía independentista y los pactos de estabilidad con ERC en el Parlament.

Las relaciones con CDC fueron deteriorandose con reiteradas discrepancias públicas en relación al proceso soberanista. Duran explicó abiertamente que CiU estaba cediendo a las tesis de ERC y rechazó la viabilidad de la independencia y del unilateralismo. Ha reivindicado hasta el final una solución pactada, basada en una disposición adicional a la Constitución. Y ha denunciado que CDC ha perdido centralidad por su apuesta secesionista. Duran intentó, hasta el último momento, que tanto el PP como el PSOE entendiesen la magnitud del desafío independentista y se aviniesen a explorar reformas que permitiesen frenar la fuerza del secesionismo en Catalunya. Fue interlocutor habitual de Soraya Sáenz de Santamaría y, antes,de Alfredo Pérez Rubalcaba, quien, como él, era otro buen espadachín parlamentario.

UN LIDERAZGO FÉRREO

En su partido, Duran se ha enfrentado y batido a diversos aspirantes a la dirección. El último fue el exalcalde de Vic Josep Maria Vila d'Abadal, que reivindicaba el independentismo y una reforma organizativa interna. Finalmente, la consulta interna sobre la secesión, en la que las tesis de Duran se impusieron por poco más del 50% de los votos, llevaron a una escisión de la cual ha surgido Demòcrates de Catalunya, el partido que lidera Antoni Castellà, exdirigente del partido, y que reivindica la independencia y unos postulados menos conservadores.