Duran avisa a Mas de que las adhesiones "se han acabado"

CamEquiscip ismolo bore consequam, susci ero digna augue

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XABIER BARRENA
BARCELONA

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Dos socios tiene Convergència. En la federación, Unió. Y, junto con los democristianos, se apoya en ERC para garantizar la estabilidad parlamentaria. Las palabras de Artur Mas el miércoles en las que condicionaba la convocatoria de las elecciones del 27-S a que ERC respetara, según entienden los convergentes, el acuerdo de enero entre el president, acabaron, ayer, y tras una serie de carambolas, calentando el debate interno en la federación. A 50 días de la celebración de la consulta interna sobre la hoja de ruta, el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, afirmó que CDC no puede esperar «puramente la adhesión» de su partido para ir juntos en los próximos comicios. Y añadió, desafiante, que el tiempo de las adhesiones «ya se ha acabado».

El escenario elegido por Duran, Bruselas, fue en sí mismo un mensaje a Mas. El líder democristiano habló tras verse con el presidente de la Comisión EuropeaJean-Claude Juncker, con quien el president no ha podido aún reunirse para explicarle el proceso soberanista. Y lanzó su advertencia cuando fue interpelado por las palabras de Mas sobre los supuestos incumplimientos de ERC. ¿Significa ello que Duran quiso defender a Esquerra y a Oriol Junqueras? En absoluto. Como después remachó el secretario general de Unió, Ramon Espadaler, los democristianos comparten lo dicho por Mas y, además, recuerdan que siempre han abogado por agotar la legislatura.

«Nosotros [CiU] iremos o no a las elecciones en función de que seamos capaces tanto Convergència como Unió de ir juntos, no depende solo de UDC», subrayó Duran, respondiendo así a las manifestaciones que hizo Mas en la entrevista en El Punt Avui TV cuando le preguntaron si la federación se presentaría unida a las elecciones del 27-S. «No depende de mí -dijo-. Ha de ser Unió la que lo decida». Tanto CDC como ERC firmaron, junto con las entidades soberanistas, la llamada hoja de ruta que regirá las acciones a llevar a cabo tras el 27-S y si hay mayoría independentista. UDC, un partido confederalista, se halla incómoda ante ese texto. «Unió no va a decidir sumarse o no a la hoja de ruta de Convergència y Esquerra; Unió va a votar una hoja de ruta propia y después está dispuesto a negociarla», dijo Duran.

La dirección de Unió sí compartió con Mas la necesidad de reprender a ERC. Espadaler afirmó que la advertencia de Mas a Esquerra era «oportuna, necesaria y más que razonable». Para el también conseller, «en algunos momentos concretos» los republicanos no han cumplido con los acuerdos parlamentarios que permitieron fijar el avance electoral para el 27 de septiembre.

A todo esto, el propio Mas volvió a abordar la convocatoria del 27-S. Fue ante la prensa extranjera, en una recepción con ocasión de Sant Jordi. En ese contexto el president introdujo un nuevo elemento que podría, llegado el caso, impedir la celebración de las elecciones al Parlament el 27-S: el adelanto de los comicios al Congreso, previstos también para otoño. «En lo que depende de mí, que es mucho, las elecciones serán en septiembre, el día 27», dijo tajante. ¿Y si Mariano Rajoy adelantara las generales? «Lo tendríamos que hablar en Catalunya», respondió.

El número dos de CDC, Josep Rull, afirmó que «el toque de atención» a ERC no tiene nada que ver con la fecha de las elecciones. «Cumplimos nuestros compromisos», sentenció.

 En tanto, ERC prosigue con su táctica de no levantar la voz en público. Curiosamente, lo que dicen en privado no difiere mucho de lo que apunta Duran. Es decir, se ha acabado el tiempo de las adhesiones. Para los republicanos, las palabras de Mas quieren tener, sobre todo, un efecto preventivo, frente a lo que pueda venir. «Ellos piensan que el pacto es un cheque en blanco. Y no es para nada eso», afirma una voz republicana. «Se inquietan porque les apretamos en corrupción, políticas sociales y estructuras de Estado», señala esta misma voz. En el pleno de la próxima semana se esperan arduos debates, por ejemplo, en la cuestión sanitaria.

Oriol Junqueras y Marta Rovira asistirán estar tarde al acto de Ara És l'Hora con el que las entidades quieren reactivar el hervor social alrededor del proceso. Sumado esto a que la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, expresó ayer que no tiene dudas de que el 27-S habrá elecciones, los republicanos tratan de mandar un mensaje claro a Mas: no es solo ERC quien quiere esos comicios el 27-S. Y si no cumple, habrá ruido.