El tablero catalán

Duran apuesta por aplazar la consulta y ERC dice que eso liquidaría el pacto

FIDEL MASREAL
BARCELONA

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Si durante el Govern tripartito las escaramuzas entre ERC y el PSC dejaron de ser una excepción para convertirse en norma, las relaciones entre Unió y los republicanos van camino de dejar en anécdota aquellas trifulcas. Ni el líder democristiano, Josep Antoni Duran Lleida, ni destacados dirigentes de ERC disimulan lo más mínimo su mutua animadversión. Normalmente se imponen las formas. Pero ayer, Duran Lleida dijo lo que muchos en Unió y algunos en CDC piensan: que celebrar la consulta soberanista el año que viene es prematuro. Le respondió de inmediato el diputado republicano en Madrid Alfred Bosch: si eso ocurre, dijo, ERC dejará de apoyar a Mas.

Ambas posiciones están cargadas de matices; en CiU y en Esquerra abundan los equilibrios entre lo que se dice y lo que se prevé o se quiere en realidad. Duran Lleida, en Catalu-nya Ràdio, fue sutil: «Todo parece indicar», dijo, que en el 2014 existirán razones políticas y económicas para posponer la consulta. El pacto CiU-ERC prevé este aplazamiento si ambas partes así lo acuerdan. «No hace falta correr», sostuvo el dirigente democristiano. «Decidiremos cuando sea conveniente», remató.

Ganar tiempo es una consigna a la que se aferran no pocos dirigentes de CiU, especialmente tras los malos pronósticos de la encuesta publicada por EL PERIÓDICO la semana pasada que pone a la federación de Artur Mas por debajo de Esquerra en intención de voto y en escaños. Otros, en cambio, prefieren subrayar que habrá consulta sí o sí, y decirle a que ERC no ha de temer. Siguen convencidos de que la tendencia a la baja se combate manteniendo el rumbo soberanista sin vacilaciones, porque buena parte del votante convergente se ha ido a ERC, convencido de la necesidad de construir el Estado catalán. En Unió, sin embargo, preocupa la fuga de votos moderados que optan por la abstención.

AMENAZA DE DIVORCIO / Para los republicanos, el principal argumento para que sus bases más progresistas comulguen con el apoyo a un Govern que sigue aplicando recortes es la consulta. Por ello, cualquier atisbo de dilación en el proceso hace saltar las alarmas. «Si no se hace [en el 2014], consideraremos que el pacto no se ha cumplido y que se ha roto», alertó abiertamente también en Catalunya Ràdio Alfred Bosch, diputado de ERC en el Congreso.

Más llá de la trifulca pública, las cúpulas de CDC y ERC mantienen canales fluidos de comunicación para mantener los equilibrios día a día. El penúltimo, el alcanzado para recuperar el impuesto de sucesiones.