Las dudas de Podem

La confluencia ha pillado a Podem descabezado y con el pie cambiado. El partido morado sigue con una gestora tras la dimisión de su secretaria general, Gemma UbasartGemma Ubasart. Con las primarias aún por convocar, son varias las voces que reclaman un gran rebate en la formación sobre la confluencia de izquierdas.

“Hay que debatir ya mismo”, reclaman desde Podem. En los círculos podemistas se apuesta muy mayoritariamente por la confluencia. Entre los partidarios conviven los que piden zambullirse sin apriorismos y los que reclaman cuotas para que Podem no quede diluido. "Existe un miedo a que el actor más hegemónico se coma a Podem", coinciden varios consultados. La imagen que retratan es Iniciativa, Barcelona en Comú y Podem al borde de una piscina mirándose de reojo antes de decidirse a saltar hacia la gran confluencia.

"Ada Colau es la punta de lanza, Podem tiene el músculo de su presencia en el territorio e Iniciativa la experiencia. Cada aliado tiene su 

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perfil y eso es lo que mola. Más que miedo es saber cómo hacerlo. Se ha querido correr mucho", reflexionan en el partido morado. En este contexto el "vacío de poder" y "la falta de una dirección clara" pesan en Podem, desde donde se reivindica que "tenemos nuestros propios 'tempos' y nadie nos marcará la agenda”. Un mensaje para el resto de miembros de En Comú Podem y también para marcar la independencia de Catalunya en este proceso. “Si queremos que sea una España plurinacional el partido también debe ser plurinacional. Escucharemos los que nos digan desde Madrid, pero Podem se tiene que decidir desde Catalunya”. 

MADRID PONE EL FRENO

A día de hoy el único candidato a secretario general es Albano Dante Fachin. El politburó de Madrid prefiere ralentizar tiempos para construir liderazgos sólidos afines, en lugar de verse abocados a primarias exprés. “A nosotros no nos corre prisa. El magma político exige que la dirección tenga espacio y tiempo”, señala el secretario de organización, Sergio Pascual, que cree que unas primarias precipitadas podrían “fracturar” al partido. La duda es si la fractura existe ya y la cúpula busca tiempo para subsanarla.

Desde Barcelona en Comú (BC) respetan los ritmos de Podem, siempre que la alianza permanente sea de matriz ciudadanista, como pasó

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con Guanyem Barcelona. “En realidad en Podem existen dos pulsiones identitaristas: la del núcleo organizador y la de los círculos, que se sienten muy identificados con su marca”, explican fuentes de la plataforma, que insisten que la “saturación de siglas no es sostenible”. Para BC lo que no tiene sentido es la propuesta que ICV de que En Comú Podem sea una “cooperativa de organizaciones”, porque entienden que sería como las viejas coaliciones de los partidos tradicionales, donde las cúpulas toman las decisiones alejadas de la ciudadanía. BC será el primero en "saltar a la piscina", poniendo sobre la mesa la confluencia en el plenario del 20 de febrero.

Su voluntad pasa por abrir el “nuevo sujeto político” a Procés Constituent, los soberanistas incómodos con la vía unilateralista y el espectro de la socialdemocracia catalana desafecta al PSC. La plataforma cree que si se quiere sumar a esas horquillas sociológicas no se puede mantener el peso de sellos partidarios. El problema para Podemos es si esa fórmula no significa la disolución del partido en uno de sus principales graneros de votos.