las finanzas autonómicas

Disney en el Parlament

La oposición, incluida ERC, que los avala de entrada, considera los presupuestos «inviables»

AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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La figura de Walt Disney planeó ayer sobre el Parlament. El portavoz socialista, Maurici Lucena, consideró el proyecto de presupuestos de la Generalitat para el año que viene propio de «la escuela

Mas-Colell (en referencia al conseller de Economia, Andreu

Mas-Colello la escuela Disney, porque están basados en la fantasía».

Lo dijo al defender la enmienda a la totalidad a las cuentas, como hicieron el resto de fuerzas de la oposición, con la excepción de  ERC. Los republicanos han optado por dar oxígeno al Govern durante un mes hasta llegar al debate de enmiendas parciales como gesto para lograr un acuerdo para unas elecciones anticipadas. Pero incluso su líder, Oriol Junqueras, antes de que comenzara el debate sobre las enmiendas a la totalidad, tachó en la Cámara catalana las cuentas del 2015 de «inviables».

La clave son los 2.500 millones de euros que faltan para cuadrar las cifras, de las que casi 2.200 millones deben obtenerse de la negociación con el Estado sobre cuestiones que, a juicio del Govern, son deudas pendientes. El titular de Economia, Andreu Mas-Colell, aseguró que el Ejecutivo catalán «batallará» para conseguirlos y reclamó el apoyo del Parlament.

El conseller recordó que están pendientes al menos 759 millones, de un total de más de 3.000 millones, desde el 2008 por la disposición adicional tercera del Estatut sobre inversiones del Estado en Catalunya; un anticipo a cuenta del fondo de competitividad del 2015 que cuantifican en 789 millones y 635 millones de compensación por el impuesto de los depósitos bancarios, recurrido por el Gobierno central ante el Tribunal Constitucional. A su entender, el Govern puede reclamar esos fondos «con la cabeza bien alta» porque España puede endeudarse en gran parte por los impuestos que recauda en Catalunya. Pero todos los partidos dudan de un pacto entre dos gobiernos que están enfrentados.

Dos escuelas

En todo caso, Mas-Colell aseguró que entre la escuela presupuestaria basada en adaptar los gastos a los ingresos, como se hizo desde el 2010, o la de estimar los gastos necesarios y luego trabajar para obtener los ingresos para cubrirlos, el Govern opta por la segunda. E insistió en que los gastos no financieros serán de 22.481 millones mientras que los recursos de los que se dispondrá, incluyendo el déficit asignado, serán de 19.981 millones. Faltan, pues, 2.500 millones.

Muy ácido, Enric Millo, del PP, tachó el proyecto de «estafa». A su entender, es una «burla» y «deslealtad» a los catalanes, tanto por ser «irreales» como por ser «solo una moneda de cambio» para negociar con ERC. El resto de grupos no fueron más condescendientes. Por ejemplo, José Manuel Villegas, de Ciutadans, los tildó de «paripé».

Los grupos más a la izquierda pusieron el acento en la parte social. David Fernàndez (CUP) los consideró «una declaración de guerra a las clases populares» ya que consolidan los recortes. Y Josep Vendrell, de ICV, exigió a ERC que no ceda «al chantaje de CiU» ante unas cuentas que «no son unos presupuestos», sino «injusticias».

En el fondo, todos los grupos, incluido ERC, estaban convencidos de estar discutiendo una ficción, como una película de Disney.