EL DEBATE DE INVESTIDURA

El desacato socialista se extiende a 15 diputados, la cantidad prevista

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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La gestora del PSOE esperaba que el número de diputados desobedientes no fuese superior a nueve. Los siete del PSC y las dos independientes, sin carnet del partido, que Pedro Sánchez fichó para la lista electoral de Madrid: Margarita Robles y Zaida Cantera. Los díscolos que defendían mantener el rechazo a la investidura de Mariano Rajoy pese a que el comité federal socialista había decidido la abstención señalaban que podrían llegar a ser más de 25, pero solo si el exsecretario general no renunciaba a su escaño y mantenía el "no es no" del que hizo bandera durante meses. Sin embargo, Sánchez entregó su acta de diputado este sábado, horas antes de la reelección del líder del PP, y el desacato se redujo a lo que se esperaba: 15 parlamentarios

No es un número excesivo (en el comité federal que aprobó la abstención, hace una semana, el 40% de sus integrantes votó mantener el rechazo a Rajoy), pero para el PSOE supone un problema político. Primero, con el PSC. Según la gestora, el protocolo que regula las relaciones entre ambos partidos ha sido denunciado de facto por los socialistas catalanes y ahora se tiene que abordar un nuevo esquema, que pasará, señalan en el organismo, por su salida de los órganos del PSOE, ya que no reconocen lo que allí se decide.

LAS POSIBLES SANCIONES

Pero el conflicto también afecta al interior del PSOE, cuyas bases se han manifestado de forma abrumadoramente mayoritaria en contra de permitir la continuidad del líder del PP. La gestora confía en que los militantes y simpatizantes socialistas valoren el gesto de desbloqueo, al haber impedido con su abstención unas nuevas elecciones, pero también tendrán que tomar medidas ante el desacato. 

Las multas por romper la disciplina de voto, de alrededor de 600 euros, se dan por descontadas. El organismo que pilota el PSOE hasta su próximo congreso (que no se celebrará hasta el 2017) también podría ir mucho más allá, expulsando a los díscolos al grupo mixto y abriéndoles un expediente que comportase la suspensión cautelar de militancia por haber cometido una "falta grave" recogida en los estatutos del partido, pero en principio no quieren tomar soluciones drásticas en un momento tan sensible para el PSOE. Su portavoz, Mario Jiménez, dijo después de la votación que abordarían el problema con "sosiego". Aun así, no se descarta la salida de la catalana Meritxell Batet de la dirección de grupo, así como que José Zaragoza, también del PSC, y Margarita Robles dejen de presidir comisiones parlamentarias. 

El discurso de Antonio Hernando para justificar la abstención del PSOE, mientras tanto, no presentó novedades respecto a su intervención del jueves. "Nos abstenemos para que las instituciones no sigan deteriorándose y no se deslegitime más la democracia. Señor Rajoy, usted no cuenta con nuestra confianza. No es el presidente que España necesita, pero no queremos nuevas elecciones. El PSOE se va a dedicar a vigilar cada paso que dé", dijo el portavoz del PSOE, antigua mano derecha de Sánchez y uno de los más vehementes defensores del no al PP hasta que este dimitió como secretario general.