estrategia socialista

Díaz aumenta las críticas a Podemos ante la amenaza de 'sorpasso'

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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El PSOE siente vértigo ante el empuje de Podemos. Los socialistas ven cómo el nuevo partido avanza imparable a costa de sus antiguos votantes mientras ellos no tienen una estrategia clara para  enfrentarse al fenómeno. La pérdida de apoyos se da en toda España, incluida Andalucía, la única autonomía en la que el principal partido de la oposición gozaba hasta ahora de una salud excelente. Así que ayer, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, la dirigente más poderosa y referente del PSOE, marcó el camino a seguir.

En una conferencia celebrada en Madrid, la andaluza arremetió con dureza contra el recién constituido partido, que cosechó por sorpresa cinco escaños en las europeas del pasado mayo y desde entonces amenaza con superar al PSOE en votos. La idea principal fue que Podemos es un movimiento indefinido que esconde sus verdaderos objetivos en aras de la victoria electoral.

«A la gente le suena bien su música. Pero cuando escuchen su letra, ya será otra cosa», sostuvo Díaz. Para ella, Podemos, que el lunes pasado se dotó de un modelo organizativo muy centrado en la figura de su líder, Pablo Iglesias, es un proyecto «cesarista», algo que casa mal con la «participación» ciudadana que dicen querer incentivar. «Deben empezar a acostumbrarse a oír críticas, sin que la respuesta sea siempre la descalificación global y absoluta del adversario -continuó-. Yo soy de izquierdas. Y quien dice que no es de izquierdas ni de derechas me recuerda a otros tiempos de la historia. Se trata de un subterfugio para alcanzar el poder».

DISTANCIA CON SÁNCHEZ / «Lo mejor que le puede pasar a España es que los socialistas volvamos a coger las riendas», dijo la presidenta andaluza, que no citó a Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE, como ese hipotético presidente del Gobierno. Díaz, la principal artífice del ascenso de Sánchez, se ha distanciado en los últimos tiempos del nuevo líder.

No comulga con su estilo de «comunicación». ¿Se ha equivocado en algo el secretario general?, le preguntaron. «Depende del prisma. Yo no comparto todas sus decisiones», contestó. Aun así, dijo que mantenía su «apoyo».