Los desmarques de Feijóo encienden las alarmas en el PP

Los movimientos que el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha protagonizado desde Semana Santa han hecho saltar las alarmas en algunos miembros de la dirección del PP. En aquellos días de vacaciones para las mayoría de los españoles, los militantes del PP asistieron atónitos a un sonado choque entre la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el vicesescretario Javier Arenas, que tuvo como colofón la publicación de la tesis de que Mariano Rajoy acometería cambios en su partido, tras el batacazo en Andalucía, y relevaría a la manchega por el barón gallego. Aunque el presidente no cedió a las voces que piden un cambio en la dirección del PP como revulsivo en año electoral, desde ese momento Feijóo no se ha descartado para ningún puesto --y todas las quinielas le sitúan como uno de los mejor colocados para suceder a Rajoy-- y no ha dejado de marcar distancias con la cúpula del PP.

Ayer mismo dio un nuevo paso al definir a su organización como un "gran equipo" de fútbol en el que todos siguen la misma estrategia cuando ganan, mientras que ahora, que las encuestas predicen una debacle, salen a relucir las "tensiones de los vestuarios". El presidente gallego puso así voz al sentir de muchos en el PP, que perciben a Rajoy como una especie de entrenador al que sus jugadores no hacen caso e intentan marcar gol por su cuenta.

El barón gallego restó importancia a esta situación. "Se trata de tensiones lógicas y normales" que no deberían trascender, argumentó en una entrevista con Efe, pero que él no se cuidó precisamente en tapar.

Asimismo, insistió en el reclamo de que Rajoy debería "reflexionar, replantear o hacer algunos ajustes" en el equipo que maneja los hilos desde la calle Génova si el PP se hunde en los comicios de mayo. Feijóo lanzó esta misma idea el lunes en un desayuno informativo en Madrid, al que de forma significativa no acudió ningún miembro destacado del Gobierno o la dirección del PP. Ayer añadió que incluso si el PP es la primera fuerza política, situación por la que él apuesta, pero pierde algunas mayorías absolutas, el líder debería "recomponer o reconsiderar determinadas estrategias".

LA AUTOCRÍTICA

Y es que Feijóo ha sido uno de los barones que, desde que el PP comprobó su debilidad en los comicios andaluces, ha pedido con más ahínco que se haga autocrítica. Dando ejemplo, reconoció --solo 24 horas después de que Rajoy intentase calmar las disputas internas y marcar la estrategia en la primera junta directiva nacional en dos años-- que la financiación del PP "fue un error" y no se pusieron los mecanismos para "detectar" el aprovechamiento personal de Luis Bárcenas. Ya hace meses reclamó a su partido que pidiera "perdón" por los casos de corrupción.

A estas declaraciones se une que, entre elogios hacia Rajoy y el tándem que forma con Cospedal, no se descarta para ocupar ningún puesto. Preguntado el lunes sobre si aspira a suceder al presidente, señaló que él está "para ser útil" a los gallegos, en primer lugar, y a Rajoy, en segundo término. Y ya ha dejado caer, además, que su compromiso con Galicia llega hasta el 2016, dado que todavía no tiene claro si se presentará a la reelección. Aviso a navegantes de que su futuro puede pasar por desembarcar en Madrid.