RESACA ELECTORAL

Rajoy se ve incapaz de evitar una desbandada de barones en el PP

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ayer, en el Senado.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ayer, en el Senado.

GEMMA ROBLES / PATRICIA MARTÍN / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los últimos acontencimientos vividos en el PP evidencian que el pasado domingo Mariano Rajoy, además de perder votos y sobre todo poder territorial, también se ha dejado parte de su autoridad como jefe de los populares en las urnas. Eso explica que no paren de sonar los tambores que anuncian desbandada de responsables autonómicos y locales en el partido, pese a que el propio Rajoy dejó claro el lunes por la tarde, ante su Ejecutiva, que no quería acometer cambios ni en el Gobierno ni en el partido. Pero la renovación le puede llegar sin exigirla. Vía imposición. Parece que muchos de los barones conservadores que acaban de pasar examen electoral, sin lograr revalidar la mayoría absoluta y perdiendo decenas de escaños por el camino, no comparten su estrategia y sopesan dejar paso a caras nuevas.

Ayer, el presidente en funciones en Castilla y LeónJuan Vicente Herrera, confesó que duda de que vaya a ser él quien opte a la investidura (encabeza la lista más votada, pero ha perdido la mayoría absoluta). O sea, que se plantea la retirada inmediata. Además, aconsejó a su jefe de filas que se mire "en el espejo" antes de decidir definitivamente si va a ser el candidato a las generales.

Tras estas llamativas palabras en Onda Cero de un veterano como Herrera, Rajoy le telefonéo inmediatamente, según fuentes de su entorno. El presidente sabe bien lo que significa que uno de sus barones más cercanos dé un paso semejante. En la Moncloa y en la sede de la calle Génova se temía el efecto contagio. Y lo temían con razón, ya que a lo largo de la tarde y por goteo se fue confirmando que en los próximos meses abandonarán sus puestos el balear José Ramón Bauzá; la presidenta del PP aragonés, Luisa Fernanda Rudi, o el jefe de los conservadores valencianos, Alberto Fabra (sin que se descarten nuevas incorporaciones a este grupo). A todos ellos había telefoneado también el jefe del Ejecutivo para reclamarles, entre otras cosas, que al menos aplazasen unos meses su adiós.

BALEARES, CON PRISA

Eso es lo máximo que parece haberles arrancado su jefe: un poco de tiempo. Y de manera desigual. Así, Bauzá --que a buen seguro perderá el Gobierno de Baleares a manos de una coalición de izquierdas-- es quien más prisa parece tener y quien ayer confirmó que celebrará cónclave extraordinario tras el verano, excluyéndose como candidato a la reelección.

La dirección nacional del PP pretendía que ninguna organización regional convocase congreso antes de las generales y, aunque Bauzá ha optado por desoír esa directriz, otros se van a atener a lo recomendado. Es el caso de Rudi, que, en principio, posterga la renovación del PP aragonés hasta la primavera del 2016. En Valencia, el cuestionado Fabra dejará la presidencia de su partido sin volverse a presentar como aspirante en el cónclave regional que, según fuentes cercanas al dirigente, tiene previsto reunir "a principios" del próximo año. Tampoco se descarta que la hasta ahora alcaldesa, Rita Barberá, pueda seguir sus pasos y retirarse de la política local.

SUCEDÁNEO DE PRIMARIAS

Mención aparte merece el caso de Esperanza Aguirre, quien se desmarcó ayer del inmovilismo que propugna Rajoy; sentenció que su partido merece "una refundación" tras lo sucedido el 24-M y aseveró que ella la va a acometer en el PP de Madrid. ¿Eso significa que ella renunciará a la presidencia del partido? Pues no se lo quiso aclarar a los periodistas, ni durante la rueda de prensa que ofreció para ofertar al PSOE y a Ciudadanos un acuerdo que impida que Ahora Madrid se haga con la alcaldía, ni en el corrillo informal que protagonizó a su término. No adelantemos acontecimientos, vino a decir.

Lo que sí puntualizó es que organizará un cónclave extraordinario en cuanto estén formados el ayuntamiento y el gobierno regional y que, además, ya busca fórmulas para que participen "militantes y no militantes". Vamos, un sucedáneo de las primarias que Ciudadanos exige a los conservadores para sentarse a negociar gobiernos. "Se tienen que acabar los 'dedazos'", concluyó.