LAS ANÉCDOTAS

La declaración de Mas, guardada en una caja fuerte

La comparecencia del 'president' en el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya generó múltiples curiosidades

Mas, ante la puerta del Palacio de Justicia, aplaude a los ciudadanos congregados en su apoyo.

Mas, ante la puerta del Palacio de Justicia, aplaude a los ciudadanos congregados en su apoyo. / periodico

J. G. ALBALAT / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una declaración como la del presidente de la Generalitat, Artur Mas, siempre está repleta de anécdotas. Y no todas tienen que producirse durante el interrogatorio. Las de hoy jueves ocurrieron antes, durante y después.

La caja fuerte. Fuentes judiciales aseguraron este jueves a este diario que la secretaria judicial que estuvo presente en la declaración del 'president' y que tiene que dar fe de sus palabras aseguró a los abogados que tanto la declaración de Mas como las del pasado martes de la 'consellera' de Ensenyament, Irene Rigau, y de la exvicepresidenta Joana Ortega, quedaban custodiadas en una caja fuerte hasta que el juez instructor, Josep Manuel Abril, decidiera notificarlas a las partes personadas en el proceso judicial.

Los guardaespaldas. No es nada habitual, pero durante la declaración de Mas dentro de la sala había dos guardaespaldas. Fuentes jurídicas apuntaron a que uno era de Mas y otro del magistrado. Más de un abogado se preguntó quiénes eran esas personas, pero nadie protestó por su presencia. Fueron testigos privilegiados.

"¡QUE SOY EL ABOGADO DEFENSOR!"

La pitada. Los concentrados ante el Palau de Justícia en apoyo a Mas se equivocaron a primera hora de la mañana en el objetivo de su protesta. Y es que fueron víctimas de una sonora pitada cuando entraban en el edificio los abogados defensores Jordi Pina, que se encarga de los intereses de Irene Rigau, y Rafael Entrena, que representa a Joana Ortega. La bronca provocó que uno de los letrados se girase ante la multitud y dejara clara su equivocación. "Que yo soy defensor", ha dicho a la multitud.

Los teléfonos móviles. Antes de empezar los interrogatorios a los abogados se les requisó el teléfono móvil. El aparato le fue devuelto a cada uno de ellos cuando acabó la declaración. Los motivos pueden ser dos: evitar que uno de los aparatos sonara en medio de la diligencia o el temor a que se grabara de forma clandestina la declaración. A algunos le vino a la mente la grabación clandestina de la declaración de la infanta Cristina en Palma de Mallorca por el caso del Instituto Nóos. Las imágenes fueron filtradas.

Los periodistas. La comparecencia de Artur Mas ante el juez ha creado una gran expectación. Más de 200 periodistas se han acreditado para seguir de cerca los hechos. Algunos de ellos pertenecían a medios extranjeros. Los fotógrafos tuvieron que utilizar escaleras compradas en el mismo momento para registrar las imágenes.