La CUP exige pasos irreversibles hacia una "república" antes de investir a Mas

La fuerza independentista rechaza cargos en el Govern y asegura que en el proceso "no sobra nadie"

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La CUP ha advertido este jueves que quiere acordar el "qué" y el "cómo" se construye la futura "república catalana" y dar pasos "irreversibles" en el proceso soberanista antes de debatir sobre "quién" debe presidir el Govern y si este debe ser Artur Mas. Solo unas horas antes de este cónclave, la concejala de la CUP-Capgirem Barcelona en el Ayuntamiento, Maria Rovira, ha asegurado que la fuerza independentista iba a cumplir lo prometido en la campaña electoral y no iba a investir a Mas.

En una conferencia política que ha tenido lugar en el auditorio de la UPF de Barcelona bajo el título de 'Para gobernarnos, luchemos por la república', y que ha sido presenciada por unas 500 personas -200 en dos salas anexas-, la número dos de la CUP, Anna Gabriel, ha lamentado que "la presión hacia la CUP está siendo injustamente dura, y aunque todo es legítimo y respetable" su formación no desea "especular".

"Empieza una etapa -ha afirmado Gabriel- que ya no es de Gobierno autonómico, sino que de lo que se trata es de construir una república, puesto que el 27-S ganó una mayoría favorable a esto, y la clave está aquí y pasa por encima de partidos y de salidas personales".

Josep Manuel Busqueta, uno de los portavoces de la CUP que ha intervenido en la conferencia, ha rechazado "cargos" y ha identificado a Junts pel Sí como la "única formación que debe formar gobierno" en Catalunya, para tirar adelante un proceso soberanista en el que "no sobra nadie".

"DESOBEDIENCIA" INMEDIATA AL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

"No queremos ni cargos ni privilegios de ningún tipo", ha dicho el diputado electo de la CUP, una de cuyas condiciones a JxS es que aplique desde ahora mismo la "desobediencia" ante las decisiones del Tribunal Constitucional que afecten a competencias catalanas: "Disculpen las molestias, estamos construyendo la república", ha apostillado.

Solo 24 horas antes de esta conferencia política, el presidente de la ANC Jordi Sànchez lanzó ya un aviso previo sobre las consecuencias de un 'no' de la CUP a Mas 'no'  CUP Mas: "Sería un problema, y lo digo abiertamente, ya tiene usted el titular", apuntó en una entrevista en Catalunya Ràdio. Y, sobre un posible voto negativo de la fuerza anticapitalista, añadió: "¿Sería un problema porque iríamos a unas elecciones? Escuchando lo que dicen unos y otros, probablemente. Pero la responsabilidad de la CUP y de Junts pel Sí  no permitirá que, habiendo llegado a donde hemos llegado, tengamos que convocar a los ciudadanos a las urnas porque no haya acuerdo", informan Fidel Masreal Xabier Barrena.

LA POSTURA DE CDC

En línea con estas declaraciones, en CDC mantienen que Artur Mas debe repetir en el cargo y que el programa de gobierno es negociable solo hasta cierto punto. "Tenemos tiempo; tarde o temprano investirán al 'president", afirma un 'conseller'. También ERC se muestra optimista sobre un futuro acuerdo.

Por otra parte, una vez formulados estos principios, en Convergència se abren puertas discretamente sobre nombres alternativos. Y más allá de CDC, en Junts pel Sí existen también invitaciones al optimismo imaginativo: "Que Artur Mas sea nuestro candidato no es incompatible con hacer un sistema de liderazgo más coral, como ha sido nuestra campaña", afirmó el diputado electo de Junts pel Sí Toni Comín en una entrevista en 'El Siglo'.

OTRO MODELO DE PARTIDO

Respecto a la estructura de la CUP, se asemeja muy poco a la de los partidos clásicos. Lo que este jueves han expuesto los hasta siete oradores de la fuerza anticapitalista es fruto de un laborioso trabajo desde las bases del partido y poco o nada tiene que ver con la política tradicional. Las más de 100 agrupaciones territoriales de la CUP alojan a casi 1.500 militantes. Ahí, en la base, es donde se ha discutido lo que se expondrá este jueves. De estas agrupaciones territoriales salen los 60 miembros que forman el consejo político del partido, el órgano que el sábado pasado, reunido en Montesquiu, discutió por espacio de tres horas las conclusiones extraídas de la militancia. Pero no es el consejo político el que redacta la propuesta, sino el secretariado nacional, un órgano de 15 personas. Como se ve, se deja un margen de maniobra muy limitado a los negociadores.