LA JUNTA DE ANDALUCÍA

Susana Díaz remodela su Gobierno para intentar recuperar terreno

La dirigente socialista incorpora seis nuevas caras al frente de cinco consejerías y la portavocía

JULIA CAMACHO / SEVILLA

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Revolución en la Junta de Andalucía. La presidenta Susana Díaz ha remodelado este jueves la mitad de su Gobierno en un intento de dar impulso a su gestión y recuperar su dañada imagen tras la derrota en las <strong>primarias</strong> del <strong>PSOE</strong>. En su primera crisis de Gobierno incorpora nuevas caras en la portavocía y al frente de los departamentos de Salud, Educación, Empleo, Agricultura y Cultura.

Cuatro de los titulares de esas consejerías son nuevos en el equipo de Gobierno, mientras que quien asume Cultura es el anterior portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Vázquez. La exministra Rosa Aguilar (antes consejera de Cultura) se mantiene en el Ejecutivo, pero asume las competencias de Justicia. Y el nuevo portavoz es Juan Carlos Blanco.

Díaz, que perfiló su decisión con los secretarios provinciales, prescinde de los perfiles más polémicos, como el hasta ahora responsable de Justicia Emilio de Llera, reprobado por el Parlamento y conocido por sus salidas de tono. Como cuando se preguntó cómo hacia la jueza del 'caso ERE' Mercedes Alaya para trabajar tanto y «seguir tan guapa».

EN EL BLANCO DE LAS MAREAS

También aparta al titular de Sanidad, Aquilino Alonso, -a quien las mareas blancas pusieron en el punto de mira por la fusión hospitalaria de Granada- para dejar paso a una profesional sanitaria de prestigio, la radióloga cordobesa Marina Álvarez, encargada de apaciguar las protestas.

En Educación, sale la exrectora de la UMA Adelaida de la Calle, uno de los fichajes estrella, a quien releva Sonia Gaya, secretaria sectorial de Enseñanza de UGT-A, con quien Díaz parece así limar asperezas tras varios desacuerdos por los cursos de formación. Este escándalo afectó también a Empleo, que asume ahora un exalcalde curtido en la administración, Javier Carnero, en lugar de José Sánchez MaldonadoRodrigo Sánchez Haro sustituye a Carmen Ortiz en Agricultura.

La posibilidad de una remodelación tomó cuerpo tras el fracaso de Díaz frente a Pedro Sánchez, el 21 de mayo, en sus aspiraciones por liderar el PSOE. La oposición le reprochó no solo su interés en la lucha orgánica, dejando Andalucía como segundo plato, sino el escaso perfil político de su Gabinete. Una consecuencia del estilo de gobierno de Díaz, en el que nadie hace sombra y es ella quien asume toda la carga de la gestión, lo bueno y también lo malo.

GIRO A LA IZQUIERDA

La primera decisión de la baronesa para retomar el pulso institucional fue convocar el Debate sobre el Estado de la Comunidad. Todos los grupos sin excepción le reclamaron cambios en su equipo. Incluido Ciudadanos, que incluso días antes volvió a tensar la cuerda y condicionó su apoyo a que el PSOE-A metiera “la sexta marcha” a los acuerdos de investidura.

En esa intervención parlamentaria, Díaz abandonó todas las referencias a la política nacional que poblaban su discurso y se centró en Andalucía, con medidas para crear empleo y ampliar la cartera de derechos sociales y dando un marcado giro a la izquierda. La presidenta andaluza trataba así de tomar aire justo en el ecuador de la legislatura para espantar los augurios demoscópicos que apuntalan la tendencia a la baja en los votos del PSOE y la posibilidad de que el PP, por vez desde la transición, pueda formar gobierno en alianza con Ciudadanos