LA REFUNDACIÓN DEl PARTIDO NACIONALISTA
CDC vende su sede de la calle de Còrsega a un grupo de Hong Kong
A un mes justo de las elecciones municipales, y a cinco de los, a priori, comicios al Parlament más decisivos desde la restauración del autogobierno, Convergència, el partido hegemónico de Catalunya, ha vendido su sede. A la venta no han sido ajenos los problemas judiciales que afectan al partido y a destacados dirigentes y exdirigentes. Así, la sede central de la calle de Còrsega, que era el aval que el partido depositó como fianza ante el juzgado de instrucción número 30 de Barcelona para hacer frente a una posible responsabilidad en el 'caso Palau', ha sido sustituida en ese cometido por una serie de locales, también propiedad de CDC. El comprador de la sede es el grupo inversor Platinum Estates, de Hong Kong, el mismo que hace seis meses compró el Hotel Asturias de Madrid, a pocos pasos del Congreso.
La cuantía de la operación, en la que no han participado intermediarios, se desconoce por el momento, pero según prometió el secretario de régimen interno, Francesc Sánchez, se hará pública en cuanto CDC compre la nueva sede, que estará situada en el Eixample barcelonés. "Convergència es un partido transparente", afirmó el cargo convergente.
La explicación oficial que tanto Sánchez como la portavoz Mercè Conesa dieron es que la medida cabía inscribirla en la refundación iniciada por el partido y que finalizará con un congreso a finales de año.
Según Sánchez, se busca un edificio "transparente, en el que sea fácil mezclarse con la gente", alegó. "Además, la actual sede tiene problemas de flexibilidad para organizar encuentros colectivos de trabajo", añadió el dirigente de CDC para dar un argumento más allá de las razones económicas.
Según el dúo que ayer ejerció de portavoz, el objetivo es que la nueva sede, que no tendrá los 4.500 metros cuadrados de la presente, pueda acoger tanto los consejos nacionales como las noches electorales, eventos que hasta ahora vienen celebrándose en hoteles, especialmente el Campus de Bellaterra y el Majestic, que tan ligado está a la historia del partido y de la Generalitat.
POLÉMICA COMPRA
La venta de la sede puede interpretarse como un radical intento de borrón y cuenta nueva. Cabe recordar que la compra se produjo en 1998 y dio pábulo a polémicas y especulaciones. En concrreto se acusó a CDC de comprar el edificio (de hecho son dos) a la eléctrica catalana Enher, actualmente absorbida por Endesa, por un montante inferior a su precio de mercado.
La operación se cerró por 625 millones de pesetas. ICV registró una moción en el Parlament en la que revelaba que, si bien el precio de la tasación era de de 726 millones, los convergentes pagaron 100 millones menos. Además, los ecosocialistas vincularon esta compra ventajosa con las políticas de estímulo del mercado eléctrico y ayuda a las compañías que, en los años 90, llevó a cabo la Generalitat convergente.
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