LA ENCRUCIJADA SOCIALISTA

La consulta en Catalunya reabre la herida entre el PSOE y el PSC

Miquel Iceta fotografía a Pedro Sánchez, el pasado mayo en Barcelona.

Miquel Iceta fotografía a Pedro Sánchez, el pasado mayo en Barcelona. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / ROGER PASCUAL / MADRID / BARCELONA

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La recuperación por parte del PSC de la consulta independentista ha vuelto a abrir la herida territorial con el PSOE. Los socialistas catalanes, que incorporaron el referéndum en su programa electoral del 2012 y después lo aparcaron en los comicios del 2015, abogan ahora por un referéndum 'a la canadiense' en el caso de que la reforma constitucional fuese rechazada por los catalanes “para verificar el apoyo ciudadano a una eventual secesión”. La propuesta de una ley de claridad, incluida en la ponencia política de su próximo congreso, choca frontalmente con la visión del PSOE, que solo defiende la modificación de la Carta Magna en un sentido federal, de acuerdo con lo aprobado hace tres años en la Declaración de Granada, redactada como respuesta al auge del independentismo catalán.

Mientras Pedro Sánchez continúa instalado en el silencio desde la noche electoral, la dirección socialista intenta transmitir un mensaje de calma. La posición oficial, verbalizada este viernes por la secretaria de Ciencia, María González, pasa por no entrar a evaluar la consulta que reclama el PSC y señalar que no será necesaria porque prosperará la reforma constitucional. Pero el malestar es patente. La idea del referéndum como ‘plan b’ ya había sido expuesta por el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, y por la exministra Carme Chacón, pero al formar ahora parte de un documento adquiere mucha mayor entidad, señalan en la cúpula del PSOE.

EL COMITÉ FEDERAL

“Nunca lo vamos a aceptar. No solo estamos en contra por principio; también creemos que nos puede hacer mucho daño fuera de Catalunya”, explica un miembro de la ejecutiva, que observa con “desconcierto” el paso dado por el PSC. En varias federaciones del PSOE, como la andaluza, la extremeña y la castellano-manchega, las expresiones usadas son mucho más duras, y se preguntan por qué “los socialistas catalanes se han vuelto a subir al monte” cuando “todo el partido se sumó a la reforma federal por ellos”. La polémica, según diversos dirigentes consultados, “deberá abordarse en el comité federal” del próximo 9 de julio, que también analizará los resultados del 26-J (los peores de la historia del PSOE, con 85 diputados) y la posición a adoptar en la investidura de Mariano Rajoy.Mariano Rajoy

Iceta, uno de los principales defensores de Sánchez en estos momentos, confía en que la propuesta no sea un problema en la cita de la próxima semana. Sorprendido por la controversia suscitada, el líder del PSC destacó este viernes la total coincidencia con el PSOE sobre la reforma constitucional, pero al mismo tiempo defendió otras opciones si esta fracasa. “Hay un problema muy serio. En el resto de España no se es suficientemente consciente de que hay un 48% de catalanes que quieren irse”, declaró a este diario, señalando que la apuesta por la ley de la claridad no implica un regreso al derecho a decidir.

EL MOMENTO ELEGIDO

Esta apuesta llega en un muy mal momento para el PSOE, aunque en el PSC recuerdan que, cumpliendo los plazos precongresuales, es ahora cuando debía presentar su ponencia política. El PSOE ha hecho bandera en los últimos meses de su rechazo a la consulta y también considera que en esta legislatura quizá se pueda pactar una modificación de la Carta Magna con un PP sin mayoría absoluta y que resulta indispensable para este cambio legal. Las críticas al derecho a decidir fueron una de las armas electorales de Sánchez frente a Pablo Iglesias. Tres meses antes, en su fallido acuerdo de investidura con Ciudadanos, el secretario general se comprometió a “oponerse a todo intento de convocar un referéndum con el objetivo de impulsar la autodeterminación de cualquier territorio de España”.