El Congreso propina un doble revés al Gobierno para tumbar sus vetos

Mariano Rajoy llegó a su escaño en el último instante, a las ocho de la tarde, solo con tiempo para constatar el nuevo varapalo que el Congreso asestaba este martes a su Gobierno. El presidente, que respondió antes en la sesión de control en el Senado,Senado acumula otra semana 'horribilis' en el Parlamento, que parece determinado a hacerle asumir que la mayoría relativa de la que dispone no tiene fuerza para amordazar a la oposición. La Cámara baja le asestó dos golpes el mismo día. Por la mañana, la Mesa decidió que no aplicará los vetos que Rajoy impuso sobre la derogación de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce)Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) y sobre la mejora de las condiciones de los trabajadores de empresas subcontratadas. Por la tarde, el pleno aprobó un primer paso para derogar la reforma laboral que el presidente impuso a lomos de la mayoría absoluta, nada más llegar a la Moncloa en 2012, en contra del criterio de la mayor parte de la oposición y una oleada de protestas sociales.

Por plúmbeo que parezca el trámite, la decisión de la Mesa de negarse a aplicar el bloqueo del Gobierno a dos iniciativas es especialmente relevante. Permite que las proposiciones de ley sigan el trámite y, salvo gran sorpresa, serán aprobadas definitivamente, aunque el PP siga estando en contra. Significa que la oposición no se rinde y que va a buscar todas las rendijas posibles para forzar al Ejecutivo a implementar lo que apruebe el Congreso, comparta o no las políticas.

El pulso entre el Gobierno y el Parlamento continuará, porque este martes la Mesa también decidió que, si Rajoy quiere vetar también la actualización de las pensiones, tendrá que argumentar mejor los motivos. La Constitución permite ese bloqueo sólo si aumenta el gasto presupuestario y, en estos momentos, el Congreso ya le ha pedido a la Moncloa que aporte información más precisa sobre cuatro iniciativas que quiere paralizar: el incremento de las pensiones, la universalización de la asistencia sanitaria, la reducción de tasas judiciales y medidas contra la pobreza energética. En todas estas iniciativas o el Gobierno argumenta mejor el impacto sobre el presupuesto o la Mesa ignorará el veto. 

RECURSO AL TC EN ENERO

El gabinete de Rajoy tampoco ceja en su empeño. Está decidido a llevar cada veto que el Congreso le tumbe al Tribunal Constitucional (TC). De hecho, los trámites parlamentarios que ha implementado en las últimas semanas han ido en esa dirección: agotar todo el procedimiento para poder  recurrir ante la justicia. Fuentes del Gobierno han confirmado a este diario que el primer recurso ante el TC (derogación de la Lomce) se presentará con toda probabilidad a mitad de enero, en una decisión que debe ser aprobada préviamente en el Consejo de Ministros.

Los grupos de la oposición debaten ahora cómo hacer frente a la ofensiva del Gobierno con los vetos. Unidos Podemos quiere llegar a un acuerdo político para establecer un criterio genérico que impida a Rajoy ir bloqueando iniciativas de semana en semana, un método que obliga a la Mesa a revisar cada paralización en un trámite que se eterniza. Ciudadanos, en cambio, considera que no puede haber ningún pacto y que al Congreso no le queda más remedio que analizar cada veto porque depende del impacto sobre el presupuesto. 

PRIMER PASO PARA OTRA NORMA

El segundo varapalo al Gobierno llegó con la aprobación de la proposición no de ley del PSOE para derogar la reforma laboral del PP. La iniciativa salió adelante con los votos de los socialistas, Unidos Podemos, el PNV y ERC, que mantuvieron el controvertido término "derogar" por dos veces en el texto. Ciudadanos y el Partit Demòcrata se abstuvieron. Pedían estudiar el impacto de la medida y analizar cómo han afectado las reformas de PP (2012) y PSOE (2010) al mercado de trabajo.

La derogación carece de efectos prácticos de momento, pero demuestra que, si la oposición se une, puede plantear una fórmula que sí implique un cambio de la norma. De hecho, los podemistas reclaman que se derogue y se establezca un nuevo marco legal y los socialistas admiten que este es solo “el primer paso” en esa dirección. Y aquí la rueda vuelve al veto. El Gobierno podría bloquear también esa decisión y la Mesa debería decidir, de nuevo, si procede ese veto.

La propuesta de los socialistas establece que algunos de los aspectos más controvertidos, como la indemnización por despido, se decidan en la mesa de diálogo abierto entre Gobierno y sindicatos. Su iniciativa propone que sea un nuevo Estatuto de los Trabajadores (que data de 1980) el que sustituya a la legislación actual.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Sus se\u00f1or\u00edas tambi\u00e9n conciliar\u00e1n","text":"El\u00a0Congreso\u00a0estudiar\u00e1 en las pr\u00f3ximas semanas una f\u00f3rmula para que los horarios parlamentarios dejen de ser un ejercicio de resistencia y se adapten a los preceptos de conciliaci\u00f3n que el Gobierno se compromete ahora impulsar. La llegada de nuevos grupos a la C\u00e1mara baja ha implicado un incremento en el tiempo de las intervenciones y los plenos se han venido alargando tanto que buena parte de las votaciones se han producido en torno a las once de la noche. Es un cl\u00e1sico que el debate de presupuestos, por ejemplo, se alargue hasta las dos de la madrugada. Para evitar jornadas tan intempestivas, la presidenta del Congreso,\u00a0Ana Pastor,\u00a0har\u00e1 una propuesta en firme a los grupos pol\u00edticos con el fin de llegar a un acuerdo. Una de las sugerencias (del PSOE) es que la actividad de la C\u00e1mara se paralice a las nueve de la noche y que queden para el d\u00eda siguiente los temas que no ha dado tiempo a abordar. El hecho\u00a0\u00a0de que los diputados tengan los lunes y los viernes como trabajo en sus circunscripciones dificulta el encaje, puesto que no est\u00e1n en Madrid esos d\u00edas y, a la pr\u00e1ctica, llegan con las maletas con el tiempo justo para trabajar en el Congreso de martes a jueves.\u00a0"}}