El Congreso arranca con un nuevo rechazo a la consulta en Catalunya

El Congreso de los Diputados echó a andar este martes, pese a que es posible que se vuelvan a repetir elecciones, y lo primero que hizo fue rechazar, por partida doble, el referéndum de autodeterminación en Catalunya. A través de sendas proposiciones no de ley, cuyo valor es solo simbólico, el PP y Ciudadanos defendieron con palabras similares la “unidad de España”, instando al Ejecutivo en funciones a velar por la Constitución. Pero hubo una diferencia. Mientras el partido naranja aceptó una enmienda del PSOE en la que se abogaba además por la reforma de la Carta Magna, los populares la rechazaron.

Las dos iniciativas fueron aprobadas. La del PP, con los votos a favor del grupo de Mariano Rajoy y Ciudadanos y la abstención de los socialistas. La de Albert Rivera, con el apoyo de sus diputados, los parlamentarios socialistas y la abstención de los populares. La unidad de los grupos constitucionalistas se mantuvo, pero los votos a favor quedaron lejos de esas “tres cuartas partes del Congreso” que vaticinó Rivera durante el debate.

IGUALDAD Y LEGALIDAD

La mayoría de los intervinientes fueron catalanes. “Gobierne quien gobierne, la igualdad y la unión no se negocian”, dijo el presidente de Ciudadanos. Desde el PP, Dolors Montserrat acusó al independentismo de dividir entre “catalanes de primera y de segunda”. La socialista Meritxell Batet defendió la “legalidad vigente”, pero también se preguntó sobre la “utilidad” de este tipo de iniciativas, al tiempo que cargó contra las “proclamas sobreactuadas” del PP y ofreció la reforma federal de la Constitución.

“Hoy van a poner de manifiesto que la mayoría de diputados de Catalunya no está en estas posiciones”, les contestó Francesc Homs, de Democràcia i Llibertat. Junto a este grupo, los parlamentarios de ERC y En Comú Podem votaron en contra, así como los de Podemos, Compromís y el PNV. Desde la rama catalana del partido morado, Xavier Domènech defendió el “derecho a decidir”.

Donde hubo mucho más consenso fue en la propuesta del PSOE, Podemos, IU y Compromís de crear una comisión en la Cámara baja contra la corrupción. Incluso el PP, que en la pasada legislatura rechazó todas las iniciativas de este tipo, votó a favor.