DEBATE EN EL CONGRESO SOBRE RELEVO EN LA CORONA

El Congreso aprueba la ley de abdicación y somete a discusión el modelo de Estado vigente

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congreso / JOSE LUIS ROCA

GEMMA ROBLES / Madrid

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Era esperable. El proyecto de ley de abdicación que permite la retirada de Juan Carlos I y la llegada a la jefatura del Estado de su hijo, Felipe, ha sido aprobada esta mañana por una amplísima mayoría en la Cámara: 299 votos a favor; 19 en contra y 23 abstenciones. Pero el solemne debate que en principio debía versar únicamente sobre una norma que da pie al relevo en la Corona se convirtió en un examen a la transición española y, de paso, una constatación de que existe en buena parte de los grupos anhelos de cambio en el modelo de Estado, aunque con objetivos bien distintos.

El primero en tomar la palabra esta mañana en la Cámara fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que defendió la estabilidad y la aprobación de la ley en cuestión; ensalzó la figura del todavía Rey y de quien será su sucesor y agradeció el apoyo mayoritario de los diputados al proyecto legal con carácter orgánico que ratifica el proceso de abdicación.

Sabedor de que otros diputados sacarían a colación disyuntivas como monarquía/república o reclamarían cambios del modelo de Estado que afectasen a Catalunya, Euskadi o reformas profundas en las instituciones –también en la Corona-, el jefe del Ejecutivo trató de marcar terreno: eso no tocaba hoy y quien desease proponer alguna reforma, como la de la Carta Magna, debe ceñirse a los cauces legales.

En este contexto lanzó un mensaje sobre el actual Príncipe de Asturias (complicado imaginar que sin el visto bueno de Zarzuela) apuntando que Felipe conoce la realidad social y a los dirigentes políticos del país y que, además, aprecia especialmente “la diversidad” de los pueblos y culturas de España y apuesta por la “unidad”.

CONSENSO Y REFORMAS

Antes de abandonar la tribuna, el presidente quiso dejar claro cuál es la lectura que de la transición y de los años de reinado de Juan Carlos hacen los conservadores: un periodo de “transformación formidable” de España, un país que dejó de ser “una democracia en construcción” para convertirse en una democracia “consolidada y estable”.

A continuación llegó el turno del socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. El debate era histórico por su contenido y también para el PSOE, que en breve cambiará de líder y a buen seguro también de portavoz en el Congreso. Desde la tribuna, el todavía secretario general de su partido –que leyó su discurso, algo poco habitual- reclamó que el nuevo tiempo que se abrirá con Felipe VI sirva para fomentar el diálogo y para hacer posible la reforma de la Constitución.

Los socialistas llevan tiempo apostando por una Carta Magna de corte federal para hacer frente a la crisis soberanista en Catalunya. Pero Rubalcaba, que ayer fue aplaudido por sus compañeros de escaño pero también por parte de los populares, demandó también otro tipo de reformas para hacer frente a la crisis económica, política, social y territoral que, a su entender, sufre el país.“Con consenso, pero con reformas: para mejorar el funcionamiento de los partidos políticos, cambiar nuestro sistema electoral, reconocer los avances sociales y abordar los problemas territoriales en una dirección federal", ha insistido esta mañana.

Ante las voces dentro de su partido que han criticado en los últimos días el apoyo a la abdicación del Rey, Rubalcaba también ha querido delimitar cuál, a su juicio, es el objeto del debate. "Debemos decidir sobre la abdicación y solo sobre la abdicación. Esta cámara puede discutir de todo, pero a la hora de votar tiene que quedar claro a qué decimos sí y no. No vamos a votar la sucesión del rey por su hijo. Eso ya lo votamos en la Constitución", explicó.

CATALUNYA Y EUSKADI

Tras las intervenciones de “consenso” del Gobierno y del principal grupo de la oposición, tomaron la palabra el resto de portavoces. El primero en la lista, el de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que justificó la decisión de abstenerse adoptada por su grupo por haber sido “excluido” en los últimos tiempos de decisiones fundamentales para la historia de España.

Fue polémica su intervención. Duran no tuvo un relato tan positivo de lo sucedido durante los 39 años de reinado de Juan Carlos I, siendo especialmente crítico con las políticas que, desde la aprobación de la LOAPA, han afectado a Catalunya. Haciendo especial hincapié en el recurso contra el Estatut y sus consecuencias posteriores.

Eso sí, aprovechó para demandar al futuro Felipe VI gestos inmediatos en pro de las reformas institucionales y de la celebración de una consulta sobre el futuro de los catalanes. Más lejos fue el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que sugirió al heredero que pruebe a ganarse el trono reconociendo que España hay “naciones” y dando paso a una reforma constitucional.

Desde la Izquierda Plural, Cayo Lara exigió un referendo para evitar la continuidad de una Monarquía que cree “decrépita”; ERC presentó como alternativa a esta conyuntura “la república catalana”; UPD pidió que el nuevo jefe del Estado vele por que en la Corona no haya “privilegios o corruptelas” y Amaiur sorprendió a unos y ofendió a otros exhibiendo banderas, exigiendo la independencia y dedicando a Juan Carlos I no precisamente loas.