EL PULSO SOBERANISTA
Puigdemont, en Madrid: "Queremos negociar, pero no nos vamos a cruzar de brazos"
Juan Ruiz Sierra
Periodista
JUAN RUIZ SIERRA / MADRID
Carles Puigdemont tendió la mano este viernes en Madrid al Estado para que aborde una solución ante el malestar territorial a través de una consulta en Catalunya sobre la independencia. El ‘president’ de la Generalitat se mostró sorprendido de la “despreocupación” mostrada hasta ahora por el Gobierno del PP ante el proceso secesionista, pero confió en que la actitud cambie con el Ejecutivo que salga de las elecciones del próximo 26 de junio. Y si no lo hace, aclaró, Junts pel Sí no se cruzará de "brazos" y mantendrá su "hoja de ruta".
“Estamos en la mesa de la negociación y no nos moveremos de ella, aunque estamos solos. Estamos dispuestos a negociar, pero no estamos parados. Si hay Gobierno tras el 26-J, recibirá una llamada de felicitación y una solicitud de reunión para debatir cuál es la mejor manera de implementar el encargo de los ciudadanos de Catalunya”, señaló Puigdemont durante una conferencia que fue brevemente interrumpida por los gritos de una asistente. “¡Sin ley no hay democracia!”, dijo Rocío Monasterio, miembro de la formación de derechas Vox, antes de dejar unas esposas sobre la mesa desde la que intervenía el ‘president’. El episodio duró unos segundos, pero cuando terminó el acto, Puigdemont tuvo que salir escoltado por la Policía. Un reducido grupo de militantes de Vox le esperaban para abuchearle e increparle.
“Acordemos una consulta. Pongámonos de acuerdo en la fecha, la pregunta, el quórum y la moratoria que habría que aplicar para convocar una nueva consulta”, defendió Puigdemont, que se mostró abierto a que ese referéndum pregunte también por la reforma constitucional. Pero su disposición a negociar, subrauyó, no implica ninguna marcha atrás. Al contrario. “No nos vamos a cruzar de brazos. Hablábamos de 18 meses y estamos en condiciones de cumplirlo. En este tiempo habrá nuevas elecciones que elegirán a un Parlament que redactará la Constitución, convocará un referéndum y declarará la independencia”, explicó Puigdemont en el Fórum Europa, en una cita a la que no acudió ningún representante del Ejecutivo en funciones.
LA "DESPREOCUPACIÓN"
Puigdemont fue contundente sobre la actitud que ha mantenido el Estado hasta ahora en este pulso. “El proceso de independencia no preocupa al Estado español. Me consta que preocupa a los españoles, pero no al Estado. No pregunta nada, ni pide reunirse con nosotros, ni adopta ninguna medida para revertir la desafección. A mi entender, no está preocupados por dos razones. La primera, porque le da igual lo que queramos porque dice tener una ley que no lo permite. La segunda, porque se siente apoyado por la mayoría política en España. Pero el Estado español puede transitar de despreocupación en despreocupación hasta la preocupación final. El Estado español es un muy mal estado para Catalunya”, concluyó el 'president'.
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