La relación Catalunya-España

El concierto une a los catalanes y la mitad quieren ya un referendo

JOSE RICO
BARCELONA

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Cuando el debate sobre el modelo de Estado se ha impuesto como desacomplejado eje de la campaña electoral del 28-N, los catalanes se mojan y no esconden sus preferencias. ¿Hay que cambiar la relación con España? Sí, y sin descartar ninguna posibilidad. El concierto económico suscita el mayor apoyo, hasta el punto de que casi el 81% de los ciudadanos son partidarios de que el próximo Govern reivindique un modelo fiscal similar al del País Vasco y Navarra. La España federal es la segunda preferencia, mientras que la independencia provoca una clara división. Media Catalunya quiere un referendo la próxima legislatura; la otra media no. Estos resultados suponen un indirecto respaldo a la estrategia de CiU, cuya propuesta estrella es el concierto económico.

Según el barómetro preelectoral del GESOP, la mayoría de votantes de todos los partidos, salvo los de Ciutadans, están a favor de que Catalunya recaude sus impuestos. Curiosamente, los más adeptos al concierto son los votantes de ERC (93,2%), con más partidarios que entre el electorado de CiU (89,3%). Los convergentes han convertido la consecución del concierto en punta de lanza de su programa electoral. Los republicanos también lo contemplan, aunque consideran prioritaria la celebración de un referendo de autodeterminación. Incluso en el caladero del PP catalán hay más defensores de la reivindicación del concierto: un 45,7% frente a un 28,6%.

FEDERALISMO PESE AL TC / Si CiU puede exhibir que su gancho electoral cala entre los catalanes, los federalistas tampoco se quedan atrás. Siete de cada 10 encuestados opinan que Catalunya debería entenderse con España en el marco de un Estado federal. Solo el 20% rechazan un modelo territorial que no es patrimonio de la izquierda. La mayoría de votantes de CiU lo aceptarían. A pesar de que nacionalistas e independentistas han dado carpetazo a la opción federal tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, los catalanes no la dan por imposible.

En junio, antes del recorte estatutario, dos de cada tres catalanes creían inoportuna la convocatoria de un referendo secesionista. Tres meses después, los partidarios y detractores de la consulta están mucho más igualados. Un 49,3% están de acuerdo con celebrar esa votación en los próximos cuatro años, mientras que el 43,5% se oponen a la idea. Una división que los mismos encuestados, voten al partido que voten, admiten cuando se les pregunta directamente. ¿El debate independentista divide a los catalanes? Para un 60,3% sí; para un 35,6% no.

Como es lógico, el electorado de ERC es el que abraza con más fuerza el referendo en la próxima legislatura, en la línea que defiende la dirección del partido. CiU, que prefiere mirar la consulta a ocho años vista, es el que tiene a sus votantes más divididos. Un 55% de los convergentes creen oportuna la votación frente a un 38% que no lo ven tan claro. Y un tercio de votantes del PSC también quieren el referendo, aunque son más los que lo rechazan (55%).

Las tesis que salen más perjudicadas del sondeo son las de Joan Laporta y Joan Carretero, cuyos partidos coinciden en su promesa estrella: la declaración unilateral de independencia desde el Parlament. Dos de cada tres catalanes reprueban este procedimiento. Solo el 28% lo verían con buenos ojos. También sale derrotada otra pretensión de laportianos y carreteristas: que el catalán sea la única lengua oficial de Catalunya. El 72,5% rechazan la idea, que únicamente agrada a uno de cada cuatro ciudadanos. La conservación del bilingüismo se impone entre todos los encuestados, incluso entre aquellos que tienen el catalán como lengua de uso habitual.