COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN EN LA CÁMARA CATALANA

Pujol júnior marcó estilo

Joan Anton Sánchez Carreté, asesor fiscal del 'expresident', evita hablar de su cliente en el Parlament y trata de irse por las ramas

Joan Anton Sánchez Carreté, durante la comisión de investigación sobre el 'caso Pujol', en el Parlament.

Joan Anton Sánchez Carreté, durante la comisión de investigación sobre el 'caso Pujol', en el Parlament.

RAFA JULVE / BARCELONA

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En la pintura, en la economía, en el deporte, en las artes escénicas..., en cada época suele haber un estilo que sobresale. Una escuela predominante. También en las comisiones de investigación del Parlament hay quienes se acogen a ese principio: a Joan Anton Sánchez Carreté, asesor fiscal de Jordi Pujol y de parte de su familia, le obligaron a comparecer este lunes de nuevo después de que el 16 de marzo guardara «el silencio de la Cartuja» y ninguneara a los diputados con sus desmanes. Visto el castigo, varió la estrategia e intentó «'hacer un Júnior'», como le reprochó Marc Vidal (ICV-EUiA) en referencia al primogénito del 'expresident'. 'Hacer un Júnior', según Vidal, consiste en «hablar de muchas cosas que después no se sabe para qué sirven». De empachar con datos a los presentes; la fórmula que han impuesto tanto el mayor de los Pujol Ferrusola como algunos de sus amigos convocados.

Carreté no hizo 'un Júnior' del todo. Porque no le acabaron de dejar y porque, como el discípulo que trata de evolucionar el estilo de su maestro, el fiscalista introdujo una variante. «Las exclusivas, en el juzgado», dijo Júnior el 23 de febrero en la comisión en referencia al supuesto legado familiar. «Me acojo al secreto profesional y al derecho de defensa», fue la muletilla que empleó el asesor ante preguntas del tipo «¿aconsejó a los Pujol que regularizaran el dinero de Andorra?», «¿conocía al padre del presidente Artur Mas?» o «¿asesoró a Mas?»

El fiscalista mezcló la defensa numantina con un intento de KO por agotamiento que tuvo su muestra más plausible cuando quiso leer cuatro artículos de reputados juristas. Nada de hablar de sus clientes, sino unos escritos para lavar su imagen. Un sermón que el presidente de la comisión, David Fernàndez, atajó al suspender cinco minutos la sesión para encauzar el interrogatorio.

Carreté fue condenado en dos ocasiones. En la primera se le sentenció a dos años de cárcel y al pago de 1,2 millones a Hacienda por los beneficios que obtuvo como intermediador en la compraventa de dos hidroeléctricas, pero el Gobierno del PSOE le indultó en el 2009 y redujo la pena a la mitad. En la segunda, se le condenó al pagó de 4.000 euros por el 'caso Hacienda', relacionado con sobornos a inspectores. Este lunes, él se hartó de decir que, pese a estar perdonado en la primera, la ha recurrido al tribunal de Estrasburgo porque no está de acuerdo con un fallo que cuestionan también los cuatro juristas en sus artículos.

Pero más allá de esa tesis, el fiscalista se permitió opinar que en España «hay un abuso del expediente de delito fiscal» y que se usa esa figura «como instrumento para recaudar dinero». También pontificó que «la corrupción es un reflejo de la sociedad» y equiparó a Hervé Falciani -en cuya famosa lista aparece él- con Javier de la Rosa, pues «Falciani robó datos para hacer negocio y De la Rosa quiso vender información al CNI a través del 'pequeño Nicolás'».

Finca en L'Hospitalet

El caso es que Carreté no fue al grano. Como sí lo hizo Laura Cutillas, dirigente de Focio, una empresa relacionada con la venta de una finca en L'Hospitalet y en cuya operación se llevó una comisión Ramon Gironès, padre de la exmujer de Pujol júnior. Cutillas negó haber pagado comisiones ilegales y subrayó que fue la empresa Copisa, la compradora, quien reclamó una parte para Gironès. No obstante, admitió que aún tiene «dudas» sobre por qué Gironès percibió 140.000 euros, ya que este «no acreditó» muchas cosas sobre el trabajo que supuestamente hizo.