PROPUESTA DEL EJECUTIVO COMUNITARIO

La Comisión Europea pide a España más generosidad con los refugiados

SILVIA MARTÍNEZ / BRUSELAS

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La nueva estrategia migratoria aprobada ayer por la Comisión Europea nace rodeada de polémica pero con la ambición de crear por primera vez en la Unión Europea un sistema de reparto obligatorio de solicitantes de asilo, mucho más justo y solidario, que permita redistribuir de forma automática y en base a una clave de reparto preestablecida a los potenciales refugiados que inundan los centros de inmigrantes de Italia, Malta o Grecia. Si la idea sale adelante -la deberán aprobar los jefes de Estado y de Gobierno- significa que España tendrá que ser mucho más generosa de lo que ha sido en el pasado. Le tocaría acoger, según el esquema propuesto ayer por Bruselas, al 9,1% de los solicitantes de asilo aceptados en la criba europea.

A la espera de acotar la propuesta -la Comisión Europea presentará a finales de mayo una primera recomendación-la iniciativa supone a que España se convertirá en el cuarto país de la UE que más refugiados acogerá, por detrás de Alemania (18%), Francia (14%) e Italia (9%) y muy lejos del 2,9% asignado a un país como Suecia, que fue en 2014 el segundo país europeo que más solicitudes recibió (81.180) y también el que más decisiones positivas emitió (33.025). Los porcentajes asignados se basan en los cuatro criterios: población, PIB, tasa de paro, número de solicitudes de asilo ,número de refugiados aceptados s por millón de habitantes en el período 2010-2014. Un sistema criticado antes de antes de nacer por algunos países y que Bruselas defiende.

Rechazo del Reino Unido

«Son propuestas que suponen un reto y que podrán provocar críticas pero no es aceptable que en la UE se diga que hay que frenar que la gente muera en el mediterráneo y después quedarse callado», advirtió ayer el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, aludiendo al frontal rechazo que la propuesta estrella de la estrategia genera en Reino Unido, uno de los tres países, junto con Irlanda y Dinamarca, que podrán quedar al margen del reparto gracias a una clausula de exención recogida en el Tratado de Lisboa.

No es el caso de Hungría, cuyo Gobierno también se opone al reparto, o de la República Checa, cuyo primer ministro socialdemócrata, Bohuslav Sobotk, rechazó ayer el sistema de cuotas obligatorias y se mostró dispuesto a colaborar «de manera voluntaria y en base a una decisión soberana». La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, se limitó a valorar que «España puede aportar a Europa» porque «se han logrado algunas fórmulas que han dado resultados».

En terceros países

En paralelo a las solicitudes de asilo, el plan también propone el reasentamiento hasta el 2016 en los países comunitarios de 20.000 personas que necesitan protección internacional a los que ya se les ha reconocido el estatus de refugiado y que acualmente están en terceros países, en el marco de un programa de Naciones Unidas. Una cifra inferior a la solicitada por este organismo -20.000 por año hasta el 2.020- pero mucho más generosa sin duda de los 5.000 planteados durante la cumbre extraordinaria convocada a raíz de la emergencia desatada en abril. Bruselas propone los mismos criterios de reparto que para los solicitantes de asilo. Eso obligaría a España a acoger 1.549 personas, muy lejos de las 125 que según las últimas cifras de Eurostat acogió el año pasado. La Comisión destinará a este programaun presupuesto adicional de 50 millones de euros.

Una vez solucionada la emergencia actual, Bruselas propondrá a finales de año un sistema más permanente y dejará para 2016 la presentación de la evaluación del reglamento de Dublín que obliga al Estado miembro donde primero llega el demandante de asilo a gestionar su solicitud, lo que genera una gran presión en países de la ribera del mediterráneo como Grecia, Malta o Italia. De hecho, la idea es poner a disposición de estos países expertos que ayuden a acelerar la tramitación de las demandas, mejorar el sistema de repatriaciones para lograr que sea más efectivo y reforzar la misión en Níger, como país de tránsito. Además, incluye un capítulo dedicado a impulsar las vías de inmigración legal, por ejemplo revisando el sistema de la tarjeta azul ara atraer a inmigrantes cualificados.

«La agenda mantiene un equilibrio entre la lucha contra los traficantes, abordar las causas de la inmigración ilegal y la protección a los refugiados», resumió el comisario de Inmigración, Dimitrios Avramopoulos. «Ahora espero que los estados miembros hagan ahora su parte para hacer esta agenda de inmigración una realidad», añadió. El plan, que se completa con una operación militar naval en el Mediterráneo frente a los traficantes, deberá ser avalado por los líderes de la UE a finales de junio.