LA LEGISLATURA NONATA

Comienza la campaña

Oriol Junqueras comparece tras la reunión de la ejecutiva de ERC.

Oriol Junqueras comparece tras la reunión de la ejecutiva de ERC. / EFE / ANDREU DALMAU

JOSE RICO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Catalunya se ha empeñado desde hace unos pocos años en quemar etapas políticas a vertiginosa velocidad. Y a vivir en una campaña electoral permanente. Este lunes ha empezado la enésima. El portazo de la CUP a Artur Mas no solo hará pasar la presente legislatura a los libros de Historia por su brevedad, sino que también ha provocado aquello que ninguna de las múltiples refriegas pasadas entre CDC y ERC había conseguido: finiquitar el matrimonio de conveniencia entre Mas y Oriol Junqueras. Después de tres meses de un #pressingCUP alentado por Convergència y su entorno, el bumerán ha regresado al 'president' en funciones con mucha más fuerza ante la implícita invitación del líder de Esquerra a que dé un paso al lado para evitar nuevas elecciones. Un sacrificio, descartado pocas horas antes por Mas y su partido, que en boca de Junqueras significaba el acta de defunción de Junts pel Sí y el pistoletazo de salida de la precampaña del 6-M.

Los republicanos han tenido durante unas horas su particular dosis de presión al ver cómo la CUP retaba directamente a Junqueras a dar un paso al frente y proponerse como candidato alternativo a la investidura. La diputada Anna Gabriel, la principal voz cupera después de que se haya confirmado la cantada dimisión de Antonio BañosAntonio Baños, había comprometido el apoyo "unánime" de su grupo al líder de ERC o, en su defecto, a Raül Romeva o incluso a la vicepresidenta Neus Munté, el rostro con más barniz progresista en CDC. Pero al manual de escapismo político desplegado por Junqueras durante las frustradas negociaciones entre CDC y la CUP aún le quedaba una página por escribir: el dirigente republicano ha salido a rogar que todos vuelvan a la mesa de negociación y expriman hasta el último segundo del reloj que expira este domingo a las 23.59 horas. Pareciendo no mojarse, es la más correosa manera que ha hallado de meter presión a Mas cuando este ya piensa en marzo.

MITIN EN LA RUEDA DE PRENSA

Fiel a su estilo, y a diferencia de su indómito correligionario Joan Tardàque ha pedido abiertamente la cabeza de MasJunqueras no ha tenido que nombrar al líder de CDC para que se le entendiera todo cuando ha afirmado que ERC ponía toda su "generosidad" al servicio de la causa independentista, que pasaría a su juicio por evitar unas nuevas elecciones. "Que nos pidan el sacrificio que sea necesario y lo haremos", ha clamado a voz en grito en una rueda de prensa convertida en el primer mitin de la precampaña republicana. Y es que ese escenario electoral es un arma de doble filo para Esquerra: toda vez que la supervivencia de Junts pel Sí pende de un hilo, ERC está en condiciones de desbancar a Convergència como primera fuerza independentista, pero no tiene asegurado que las urnas arrojen un Parlament más gobernable que el actual. Es decir, el secesionismo podría seguir quedándose por debajo del 50% de los votos. De ahí que algunos cargos locales se Esquerra sí se hayan sumado ya, como Tardà, al #pressingMas.

El líder de ERC explicitó el temor a que la ingobernabilidad se perpetúe tras el 6-M, pero lo que no dijo fue algo que a buen seguro ha pasado por la cabeza de todos los partidos ante la inminente convocatoria electoral. Con Esquerra como primera fuerza, Junqueras sería el candidato a 'president' y, tomando la palabra a Gabriel, la CUP no tendría inconveniente en apoyar su investidura. Un factor que entonces descargaría sobre una CDC en estado de 'shock', y con Mas probablemente amortizado, tanta o más presión que la infligida a la formación anticapitalista en los últimos meses. Este cálculo electoral explica, por un lado, que Junqueras se haya erigido en la voz del independentista frustrado al advertir a convergentes y cuperos de que su actitud decepcionará a centenares de miles de votantes, a esos que ahora busca atraerse después de haberse puesto de perfil mientras CDC y la CUP se tiraban los trastos a la cabeza.

MARCA EN DESCOMPOSICIÓN

La misma estrategia electoral sirve para entender que la cúpula convergente se agarre como un clavo ardiendo a la coalición de Junts pel Sí. Pero en la reunión de la ejecutiva de CDC, más de uno y más de dos dirigentes han apostado por encarar sin miedo una campaña en solitario como el partido de orden que siempre han sido, aunque ahora remozado en independentista. Tampoco parece que las entidades soberanistas que apadrinaron y nutrieron de candidatos esa marca unitaria estén por la labor de volver a convertir unas elecciones en un plebiscito que los acontecimientos de los últimos mesas han demostrado que no ganaron. El presidente de la ANC, Jordi Sànchez, ha abogado por "no aferrarse al nombre ni a la fórmula" y Òmnium y Súmate han esquivado la cuestión.

El final de Junts pel Sí y la fractura en la CUP pueden provocar una diáspora de independientes cuyos fichajes se podrían disputar CDC y ERC, caso de Carme ForcadellRaül Romeva o el dimisionario Baños. Los dos primeros han participado este lunes en la reunión de la ejecutiva republicana, y el tercero se ha despedido de la CUP dejando claro que sigue en activo políticamente hablando, e insinuando que está en el mercado electoral. Esa inminente carrera hacia las urnas supondrá la segunda oportunidad para un actor que el independentismo trata de arrastrar a su terreno y que acaba de ganar las elecciones generales en Catalunya: Podem. O cabría decir Ada Colau, porque a Catalunya Sí que es Pot le ha faltado tiempo para suplicar a la alcaldesa de Barcelona que, esta vez sí, se implique en la campaña y dé alas a una "remontada" a la catalana.