Los parches de Ciudadanos

No solo Pablo Iglesias ha recurrido a los dedazos para confeccionar las listas de Podemos al 20-D. Tampoco todos los candidatos que ganaron las primarias de Ciudadanos acabarán concurriendo a las elecciones generales. Por un conflicto u otro, el partido de Albert Rivera ha tenido que parchear las listas de algunas provincias para evitarse males mayores (según los grupos críticos, también para laminar voces discordantes).

El caso más llamativo es el de Castellón. Cuatro de los cinco aspirantes que lograron los puestos de salida en las primarias para ir al 20-D han sido sustituidos tras una batalla intestina entre sectores. Solo se mantiene el número uno de la lista, Domingo Lorenzo. También ha habido cambios para el Senado y el número tres, Agustín García, ha sido relevado por María del Rosario del Vigo.

Benito Antonio Cervantes, Manuel Hernández, Rosel Mormeneo y Silvia Martínez desaparecen de las papeletas a la Cámara baja. Su lugar, del dos al cinco, lo ocuparán Sandra Julià (ahora subdelegada del partido en Castellón), Francisco José Vicent, Domingo José Vicent y Araceli de Moya. Cuatro personas que no salieron en las candidaturas de las primarias pero que la dirección las considera adecuadas porque son "neutrales" después de un agrio enfrentamiento entre facciones que obligó al secretario de organización a nivel estatal, Fran Hervías, a enviar a dos pacificadores a la capital de La Plana.

GUERRA SOTERRADA

¿Cuál es la clave del conflicto? Aparte de que tres de los defenestrados firmaron un manifiesto crítico con el delegado de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana, Emilio Argüeso, dos de ellos están inmersos en una batalla judicial con el anterior subdelegado provincial de la fuerza naranja, Ramón Grau: este exdirigente los denunció ante la fiscalía por filtrar supuestamente sus condenas por conducir ebrio, lo que le acarreó la dimisión. Hasta ese punto llegaron los choques fratricidas dentro del partido, lo que obligó a la cúpula a tomar cartas en el asunto. 

Según Hervías, tres de las cuatro personas sustituidas han presentado su dimisión "por motivos personales", aunque fuentes del entorno de los afectados insisten en que han sido forzados a renunciar. "El partido ha tenido que actuar y poner a dedo a los candidatos aplicando el reglamento interno ante un conflicto de tales dimensiones. Solo lo hemos tenido que hacer en Castellón", se justifica el secretario de organización.

Dos números uno han sido apartados por no acreditar su currículum y otro dimitió por discrepancias

Ese ha sido el terremoto de mayor calado, aunque ha habido otros. El vencedor de las primarias de Albacete, Ignacio Soto, ha sido apartado porque no ha podido acreditar los títulos académicos que dice tener, un cambio del que él dijo haberse enterado por la prensa y que calificó de "dedazo inadmisible". También por problemas con el currículum fue descabalgado el número uno por León, Sadat Maraña, aunque en su caso por tener estudios de Administración y Dirección de Empresas pero no la licenciatura. En esos dos episodios se ha aplicado el código ético "y se ha hecho correr la lista", explica Hervías.

"NINGUNEO DE LA DIRECCIÓN"

No ha ocurrido lo mismo en Pontevedra. El ganador de las primarias, José Rivadulla, dimitió por el "ninguneo" de la dirección y tras la expulsión de varios militantes de la provincia enfrentados a la cúpula. Manuel Pena, que perdió los comicios para encabezar la lista, dio por hecho que sería él quien ocupara el puesto. Pero no. La dirección optó por quien fuera el vencedor de la elección interna para ir de segundo, Antonio Lara, no sin volver a levantar ampollas. Más al parecer que las que levantó la marcha, también por "motivos personales", de la número uno por Guipúzcoa, Ana Rosa Macieira, cuyo paso atrás lo aprovechó Fernando López, que no concurrió a las primarias.