CONTRACRÓNICA

Una carta en el ring

La circular de los servicios jurídicos que alertaba sobre la desobediencia al TC depara los momentos álgidos del debate

icoy37770813 parlament170322175452

icoy37770813 parlament170322175452 / periodico

MAURICIO BERNAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En un relato cuyo apogeo se conoce de antemano lo demás es prólogo, la parte menor de la historia. Un calentamiento. En el pleno de este miércoles sobrevolaba la sala la certeza de que lo mejor ocurriría al acabar la mañana, en la votación de los presupuestos, y lo de antes tenía un inevitable aire de trámite: como si en un combate de boxeo los espectadores supieran en qué asalto va a caer derribado el aspirante, y el resto de la pelea les sobrara y en realidad solo desearan que llegara el instante definitivo, para ver la victoria del campeón. Algo así. El clímax de esta mañana de miércoles en el Parlament estaba escrito de antemano y lo que se respiraba antes era expectativa. Todos los caminos conducían a esa ciudad. A esa votación.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Puigdemont los define","text":"\u00a0como los presupuestos \"de la post autonom\u00eda y la pre independencia\""}}

Lo cual no quiere decir que fuera un prólogo sin sustancia. Societat Civil Catalana pediría más tarde la dimisión de Raül Romeva por un episodio que tiene lugar justamente en los prolegómenos, en tiempo de calistenia: aludiendo a la marcha antisoberanista, el 'conseller' de Afers Exteriors desliza que los de Ciutadans se sienten cómodos “rodeados de falangistas”. Al oírlo, los de Ciutadans montan en cólera. El diputado naranja Fernando de Páramo pide la palabra para responder, pero Carme Forcadell se la niega. Pugilismo oral, habría que decir. Lo mismo ocurre cuando sale el nombre del nuevo director de TV3: Andrea Levy, del PP, critica a TV-3, critica a Vicent Sanchis y acusa al canal autonómico de ser un “instrumento” al servicio de la independencia. La consellera de Presidència, Neus Munté, dice que para nombramientos el del Eladio Jareño, director de TVE, y recuerda su pasado como jefe de prensa del PP catalán. Si fuera boxeo, sería ese momento en que los púgiles se saludan frente al árbitro con un golpecito de guantes, y ambos descargan con más fuerza de la que precisa un amistoso saludo.

UN PÓKER DE FLORES NEGRAS

Se aproxima la votación de los Presupuestos y se empieza a hablar de Presupuestos. El ambiente se caldea. Inés Arrimadas le dedica un póker de flores negras a las cuentas: “nefastas”, “injustas”, “ilegales” e “irreales”, en ese orden. El president Puigdemont los describe como unos presupuestos llamados a reinar en una especie de limbo, “los presupuestos de la post autonomía –dice– y la pre independencia” (pero aún no los de la independencia, como deseaba), y Jordi Turull destaca amigablemente que son cuentas que destinan “cientos de millones más a políticas sociales”. Huele a fin de calistenia, y en efecto: Forcadell anuncia que se va a votar. Se acerca el clímax. El asalto clave. El público ve, acaricia el final de la espera. Entonces suben al ring los servicios jurídicos. Traen una carta que quieren que todos vean.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Iceta tacha la votaci\u00f3n","text":"\u00a0como \"la m\u00e1s relevante\" en el Parlament desde 1980"}}

El secretario general y el letrado mayor advierten de que aprobar los presupuestos supondría ignorar al Tribunal Constitucional. Es una información importante y Forcadell da 10 minutos a los partidos para reflexionar al respecto. A la vuelta, como es de esperar, la CUP hace saber que le importa un bledo el Constitucional. Joan Coscubiela, de Catalunya Sí Que es Pot, se lamenta: “Es la enésima vez que este Parlamento impone actos de desobediencia”, y Carlos Carrizosa, de Ciutadans, dice que aprobar los presupuestos supone cruzar el Rubicón de la desobediencia. Hay agitación en los escaños. Conciliábulos populares, conciliábulos socialistas. En un relato cuyo apogeo se conoce de antemano, es la fase del suspense. Santi Rodríguez, del PP, exige que se respeten “los derechos de los diputados”, pues los considera vulnerados.

Los partidos soberanistas quieren votar ya. Los otros, que se analice la carta como es debido, que se convierta en informe: afirman que no se puede votar así. “Es la votación más relevante de este Parlament desde que fue restablecido en 1980”, dice Miquel Iceta, poniendo en palabras la solemnidad del momento. En realidad, este es el apogeo. En la votación simplemente se vota, es aburrido, no hay enjundia narrativa. El ring está en silencio, ya ha pasado lo mejor.