China dice que imponer más sanciones a Rusia sólo ocasionará más problemas

El Go bierno chino espera que "aumenten los esfuerzos por parte de todos los actores involucrados e

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EL Gobierno chino indicó hoy que imponer más sanciones a Rusia por el conflicto con Ucrania "no sólo no resolverá la crisis, sino que puede ocasionar nuevos y complejos problemas", por lo que abogó por impulsar una "resolución política".

Así lo afirmó hoy el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, durante una rueda de prensa en Pekín, en la que incidió en que "lo que ahora urge es presionar a todas las partes para que actúen de forma restrictiva y no lleven a cabo acciones que puedan escalar las tensiones".

Las declaraciones del portavoz chino surgen a raíz de que el sábado el presidente francés, François Hollande, afirmara que "sin duda" el Consejo Europeo de Bruselas decidirá aumentar las sanciones a Rusia ante la situación de Ucrania, sin especificar de qué tipo.

Al respecto, Qin remarcó que "no todos los miembros de la Unión Europea piensan igual; hay diferentes voces", y destacó que dentro del bloque europeo hay "disensión y preocupación en cuanto a las sanciones", si bien no dio más precisiones.

De este modo, insistió en que el Gobierno chino espera que "aumenten los esfuerzos por parte de todos los actores involucrados en el conflicto", y que "se tomen acciones inmediatamente para construir una base de confianza mutua que cese las tensiones y sirva para lograr la paz y la estabilidad regional".

Desde que empezó el conflicto, China ha hecho malabares políticos para no oponerse a las acciones de Rusia, a quien considera un gran aliado, sin respaldar plenamente su actuación en el este de Ucrania, ya que iría en contra del principio de no injerencia que vertebra la política exterior del país asiático.

En plena crisis, además, ambos países firmaron el pasado mayo un acuerdo por el que la potencia asiática recibirá hasta 38.000 millones de metros cúbicos de gas natural anualmente por parte de Rusia a partir de 2018 y en los siguientes 30 años.

La culminación del acuerdo, tras una década de negociaciones, se interpretó como una señal de la necesidad de Rusia de buscar compradores de gas tras las sanciones de la UE por la crisis ucraniana y de la decisión de China de mantenerse al margen del conflicto, a la vez que rebajaba ligeramente el precio de la transacción.