el mapa político catalán
CDC y ERC suman menos escaños en lista conjunta que por separado
XABIER BARRENA / FIDEL MASREAL / BARCELONA
La lista conjunta entre CiU y ERC es un muy mal negocio para el independentismo. Lo que Artur Mas planteó sibilinamente el pasado 14 de octubre como condición sine qua non para anticipar las elecciones al Parlament podría suponer, incluso, una palada de tierra al llamado proceso catalán, por cuanto una coalición entre convergentes y republicanos obtendría entre 58 y 60 escaños y se quedaría a entre ocho y 10 de los 68 donde se sitúa la mayoría absoluta. Eso supone, sobre todo, quedarse a entre cinco y nueve asientos de lo que sacarían la suma de ambas fuerzas por separado en la actualidad , según el Barómetro del Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para EL PERIÓDICO. En el actual Parlament, convergentes (50) y republicanos (21) cuentan con 71 escaños.
En todos los frentes comparables, la lista conjunta de los partidos mayoritarios independentistas sale claramente perdedora frente a la opción de ir por separado. En la intención directa de voto, el 31,3% que votaría a la candidatura contenedor, se queda por debajo del 36,1% acumulado de ERC (20%) + CiU (16,1%).
En la estimación de voto, CDC+ERC alcanzarían un 35,2% de los sufragios, por el 40,7% si en las elecciones hubiera dos papeletas.
Nótese que en la proyección de la lista conjunta se ha dividido a la federación de CiU, y se ha dejado como socio electoral de ERC solo a CDC. Unió, por tanto, concurriría en solitario en este supuesto. ¿Y cómo le iría a Unió? Pues bastante mal. ¿Las cuentas de la candidatura conjunta no cuadran por el desgajo de los democristianos? Rotundamente no.
Por partes. Unió obtiene un 1,9% de intención directa de voto y una estimación de voto del 2,4% y no entraría en el Parlament. La diferencia entre lista única y dos listas es, en intención directa, de 4,8 puntos. Y en voto estimado de 5,5.
Siendo el número de escaños constante, de 135, es obvio que la diferencia entre un tipo u otro de asociación de CDC/CiU y ERC afecta al resto de fuerzas, en especial a los partidos de izquierda que se proveerían de nuevos votos, unos procedentes de ERC, y los otros, de CiU. La más beneficiada sería la novata Podemos, que vería incrementada la espectacularidad de su irrupción. No solo porque su líder catalán, aún por determinar y por dar a conocer, se convertiría, de golpe y porrazo, en el jefe de la oposición, sino porque pasaría de los 16-17 escaños (en caso de listas separadas CiU/ERC) a los 20-21 (candidatura contenedor). En porcentaje de voto estimado, la lista conjunta daría a la fuerza de Pablo Iglesias dos puntos más.
BENEFICIO SOCIALISTA
También el PSC ganaría dos puntos. La matriz de traspaso de votos entre fuerzas, con respecto a las elecciones del 2012, es compleja y con tantas flechas entre unas y otras como un dibujo táctico de un equipo de fútbol. Pero lo que sí es palmario es que esos dos puntos no provendrían de votantes de ERC (la encuesta no detecta frontera entre ambos partidos), sino de CiU. De su electorado más moderado y que tampoco no comulga con Unió. El PSC pasaría en ese supuesto de los 10-11 escaños que le otorga el GESOP en unas elecciones 'normales' a los 13-14 que le proyecta en el supuesto de la lista conjunta.
El tercer gran beneficiado es la CUP, que recogería el voto más antisistema de ERC, el que no soportaría verse mezclado con Convergència. Ganaría 0,9 puntos y dos escaños, respecto a la encuesta normal, de seis a ocho. Es decir, cinco más que en la actualidad.
El gran perjudicado, gracias a esa complicada matriz de transferencia de votos antes citada, sería Ciutadans, que perdería 1,8 puntos y pasaría de los 16-17 que se dan en la encuesta con dos listas para CiU y ERC a los 15-16 de la lista conjunta CDC-ERC.
El porcentaje de votantes que en el 2012 eligieron Esquerra que ahora se iría a Podemos es, si hay lista única, del 9,1%, y si no la hay, del 5,3%. Con la CUP, los porcentajes son del 23% y el 17%, respectivamente. Curiosidad: si unen fuerzas, hay más votantes de CiU (9,3%) que se pasarían a Podemos que de ERC.
REPUBLICANOS SATISFECHOS
Curiosamente, la lista única entre CDC y ERC satisface más a los electores republicanos que a los convergentes. Seguramente porque hay más votantes que creen que la candidatura única es beneficiosa para el proyecto independentista. Así, el 60,7% de los que en el 2012 votaron a CiU se adscribirían a la papeleta-contenedor, por el 74,2% de republicanos que harían lo mismo. Si se compara con la fidelidad que merecen CiU y ERC para sus votantes de hace dos años, si se presentaran por separado, se observa que la lista única supone a la federación retener ocho puntos más de votantes, por unos cuatro de los republicanos. Es decir, la candidatura conjunta satisface más a los que ya en el 2012 votaron a ERC y disuade a todos aquellos que en los dos últimos años se han sentido atraídos por los republicanos.
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