La carta y el manifiesto

La tercera reunión del Pacte Nacional pel Dret a Decidir, que agrupa a Govern, partidos y entidades de la sociedad civil de todo cuño y de amplio sesgo ideológico, sirvió para que los 69 asistentes dieran forma a una carta que próximamente se enviará al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La carta que esta gigantesca mesa de redacción compuso ayer no es ajena al tono dominante en la semana, es decir, el de la toma de posición y el manifiesto.  La cincuentena de entidades y partidos que integran el pacto -en nombre, también, de las más de 3.000 adheridas- reclaman a Rajoy que «propicie» el diálogo con la Generalitat para que «no se impida» el «poder ejercer legalmente el derecho de consulta» el próximo 9 de noviembre. La intención de los firmantes es «votar sobre el futuro institucional-político de Catalunya» por cuanto los ciudadanos catalanes poseen el «derecho de consulta».

Incluso muestran al jefe del Ejecutivo un amparo legal a esa petición de diálogo, la que se recoge en los fundamentos jurídicos de la sentencia del Tribunal Constitucional, en marzo de este año,  sobre la declaración de soberanía del Parlament, de enero del 2013. En concreto, la parte que señala que «los poderes públicos y muy especialmente los poderes territoriales que conforman nuestro Estado autonómico son quienes están llamados a resolver mediante el diálogo y la cooperación los problemas» que se derivan de la voluntad de una parte del Estado de cambiar su estatus jurídico».

La carta aún no se ha enviado -se tramitará en los próximos días- por expreso deseo de algunos integrantes de la mesa (cuadrada) del Parlament que pidieron unos días de margen para estudiar el texto. Por ejemplo, la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que quiere exponerla a la votación de sus miembros. Quién sabe si para ponderar que en ella ni se menciona la pregunta de momento pactada entre CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP.

Pieza adjunta

Adjunta a la carta, las entidades adjuntarán , ahora con todas las letras, el manifiesto unitario elaborado por el presidente del pacto, Joan Rigol, hace casi un año. El tono ahí ya no es tan comedido como el de la carta. Verbigracia: «Catalunya es nación [así, a la aragonesa] y toda nación tiene derecho a decidir su futuro político». O también : «reclamamos por exigencia democrática que la ciudadanía podamos ejercer con nuestro voto el derecho a decidir sobre nuestra institucionalización política».

Según explicó Rigol, en la reunión se alzaron algunas voces que exigieron que se mantuviera la «firmeza» en la reivindicación de la consulta. Carta dialogante, manifiesto firme.