Carmena zanja la crisis con el relevo de Zapata en Cultura

La crisis de los tuits logró ensombrecer la ilusión con que Manuela Carmena iniciaba este lunes su trayectoria en el Ayuntamiento de Madrid, a raíz de un escándalo mediático que trató de zanjar con la dimisión del concejal de Cultura y Deportes, Guillermo Zapata, autor de comentarios injuriosos contra las víctimas del holocausto y el terrorismo. Fue una decisión de un equilibrio complejo.

Zapata renuncia a la cartera, pero no abandona su acta como regidor porque entiende que sus responsabilidades se "acotan" a esa área, y, por lo tanto, continuará como concejal de distrito en el consistorio. "Me parecía un ejercicio de responsabilidad quitarme de en medio", afirmó Zapata, que insistió en que la decisión es suya y en que Carmena no le ha pedido que se marche.

Sí lo hicieron, de forma explícita, los responsables de la oposición en el Ayuntamiento: PP, Ciudadanos e incluso el PSOE, que apoyó la investidura de Carmena, exigieron el cese inmediato de Zapata. Las críticas llovieron también desde el palacio de la Moncloa. El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, afeó a la alcaldesa que la dimisión sea "a medias". Aprovechó, además, para criticar que Zapata haya sido concejal gracias a que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha "apuntado al discurso de la felicidad". Ayllón considera que la dimisión del regidor no ha tenido lugar "tanto por lo que piensa" como por el alud de críticas recibidas por sus comentarios.

PIDE DISCULPAS

El concejal, visiblemente afectado por el escándalo, compareció por la tarde en rueda de prensa para relatar que justamente esas críticas le han hecho reflexionar. En una rueda de prensa, pidió disculpas a las víctimas que se podían haber sentido dolidas por los tuits hirientes que escribió en el 2011 y que viajaron a las portadas de los periódicos en una oleada de polémica tras ser nombrado concejal el sábado.

El regidor dijo que ya había manifestado su arrepentimiento personalmente al padre de Marta del Castillo, a la que aludía uno de sus comentarios en Twitter, y anunció que enviará cartas a todas las personas que se han visto afectadas por sus mensajes, incluida la comunidad judía. Considera ahora que no se puede amparar en un contexto de debate sobre los límites del humor, como Zapata había justificado en un primer momento. "No soy una persona violenta en absoluto. Creo en el diálogo", subrayó . El concejal dijo ignorar, por otra parte, quién le sustituirá en el cargo.

CASO DISTINTO

La situación de Zapata se resuelve de forma distinta a la de otro edil envuelto en una polémica con tintes similares. Pablo Soto, concejal de Participación Ciudadana, también escribió en el pasado tuits intimidatorios contra el exministro Alberto Ruiz-Gallardón, pero Carmona no le exige la dimisión. El Gobierno pide su cese inmediato.