La estrategia del PPC

Camacho utiliza a los Mossos para causar una crisis institucional

Camacho junto a varios mandos policiales, el pasado mes de diciembre.

Camacho junto a varios mandos policiales, el pasado mes de diciembre.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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En un gesto sin precedentes, la presidenta del PPC, Alicía Sánchez-Camacho, ha decidido prescindir del servicio de escoltas que le prestaban agentes de los Mossos d'Esquadra y a partir de ahora su seguridad dependerá de la Policía Nacional. Camacho ha enviado una carta al 'conseller' de Interior, Ramon Espadaler, en la que le comunica su decisión y la vincula a la presunta relación del director general de los Mossos d'Esquadra, Manel Prat, con el caso del espionaje a políticos catalanes. La dirigente popular da crédito a una versión policial anónima según la cual Prat estacionó su vehículo frente al domicilio del director de la agencia de detectives de Método 3, Francisco Marco, y esto implicaría, según la misma versión, que el mando de los Mossos estaba implicado en el caso.

Camacho explica también en su misiva que en su condición de senadora y presidenta del comité electoral del PP necesita el servicio de escolta en toda España y que los Mossos le han denegado la protección en nueve desplazamientos durante el 2011 y el 2012 a ciudades como León, Valladolid, Gandía, Granada y Jaén, entre otras. Lo que no cuenta la presidenta del PPC es que a ella, como al resto de políticos catalanes que están en una situación similar (sean del partido que sean), cuando los Mossos d'Esquadra no les escoltan -por tratarse de desplazamientos fuera de Catalunya- siempre existe una comunicación previa a la Policía Nacional para informarla del viaje que el político va a realizar a efectos de garantizar su seguridad fuera del territorio catalán.

El 'conseller' de Interior, Ramon Espadaler, lamentó que "se pueda hacer un uso político" de la Policía catalana, y recordó que los Mossos están "al servicio de los políticos a los que protege y al servicio del conjunto de la ciudadanía". "Cuanta menos distorsión le pongamos encima desde la instancia política, mejor iremos en conjunto", señaló en declaraciones a TV-3.

Además, el titular de Interior reiteró de "una forma muy nítida, explícita y clara" la confianza personal y política en el director de los Mossos d'Esquadra y en el conjunto del cuerpo de Mossos, de los que destacó que hacen muy bien su labor. "Esto son distorsiones que no podemos permitir en ningún caso", alertó. Su antecesor en el cargo, Felip Puig, reprochó a Camacho su "oportunismo" y, en una entrevista a Catalunya Informació, la acusó de querer "instrumentalizar" el trabajo de la Policía catalana.

RECHAZO UNÁNIME

Camacho logró que todos los partidos que opinaron sobre su decisión lo hicieran para desacreditarla. El primer secretario del PSC, Pere Navarro, le reprochó que practique un discurso separador: "Volvemos a estar otra vez con la misma historia, en la que los separadores hacen discursos separadores". El líder socialista añadió que poner en duda la tarea policial "no es una buena práctica para una responsable política".

El portavoz de Esquerra en el Parlament, Oriol Amorós, afeó a la dirigente popular su "deslealtad institucional". Tras expresar la "confianza absoluta" en los Mossos, el diputado recordó que en la polémica por las escuchas, la Policía Nacional ha tenido una actuación "muy dudosa". "Si de alguien se debería dudar es de la Policía Nacional", añadió.

La diputada de ICV en el Congreso, Laia Ortiz, calificó de "esperpéntica" la decisión de Camacho. "Se trata de una estrategia: hacer ruido, tirarse los trastos a la cabeza con CiU, manchar las instituciones, para no hablar de los temas de corrupción que le afectan". Para Ortiz, la popular "usa las instituciones en beneficio de su estrategia" cuando lo que, a juicio de la dirigente ecosocialista, "debería dar explicaciones del uso de un caso de corrupción en beneficio de su estrategia, por haber encubierto un delito durante dos años", en referencia al almuerzo de Camacho con la examante de Jordi Pujol Ferrusola, en la que esta última le relató un presunto caso de fraude fiscal que la popular no denunció.

Por su parte, el sindicato de los Mossos d'Esquadra SME-CCOO lamentó «el circo mediático patético» de los partidos intentando situarles en medio de la polémica.