La burbuja se deshincha

Los datos de la última encuesta de EL PERIÓDICO muestran que se disparan los partidos de protesta y sin responsabilidades de gestión (ERC, Ciutadans y la CUP) mientras bajan los partidos que han gobernado (CiU y PSC), se desploma el PP, e ICV sube algo. Aunque no conviene exagerar esta tendencia porque ahora no hay elecciones a la vista y puede haber electores durmientes de CiU, PSC y PPC que al final despierten. Pero la tendencia está ahí: un 28,9% de los electores del PP emigran a Ciutadans, un 24,4% de los de CiU lo hacen a ERC y un 26,3% de los del PSC lo abandonan en beneficio de Ciutadans (11,7%), ICV (9,7%) y ERC (4,9%).

En cambio, el eje nacionalista no sube. Quizás lo más revelador es que la actual mayoría CiU-ERC (que ahora suma 71 diputados) podría quedarse en 67 escaños, a uno de la mayoría absoluta, o llegar a un máximo de 70. Y el dato es aún peor porque en el supuesto de divorcio de CiU, el 70%-75% optaría por CDC y un 25%, por Unió. En este caso (a contemplar con suma prudencia), el pacto CDC-ERC quedaría lejos de la mayoría absoluta. Pero Oriol Junqueras es el ganador no solo en diputados, sino también en valoración. El 22,8% de los encuestados lo preferirían como presidente (7,3% hace un año) mientras que el 21,3% escogería a Artur Mas (41,4% hace un año).

Por otra parte, la burbuja independentista (la creencia de que el independentismo es crecientemente dominante) no pincha pero se deshincha. De entrada son más (51% frente a 47,2%) los que se declaran no independentistas. Luego el 40,3% desea que Catalunya tenga más poder frente al 40% que quiere la independencia y el 16,4% que apuesta por el statu quo. Y  el 49,3% cree posible alcanzar la plenitud nacional dentro de España frente al 42% que piensa que la única salida es la separación. La independencia dentro de la UE gana por 12 puntos (baja), mientras que la independencia fuera de la UE pierde por 20 puntos (sube). Pero lo imbatible es la consulta, que la quiere ya el 80% (10 puntos más que en mayo) aunque el 45,4% (contra el 42,4%) cree que no se celebrará en el 2014.

Que nadie se precipite. El sentimiento independentista sigue fuerte y une a la mitad de los catalanes, curiosamente más a los universitarios y a los que viven en localidades pequeñas (dato contradictorio a primera vista). La independencia dentro de la UE sigue ganando aunque pierde fuerza. Y una mayoría creciente (47,5% contra 38,8) cree que los independentistas ganarían la consulta. Conclusiones. Primera, una sociedad tan dividida es difícil que pueda apostar por la independencia. Segunda, en unas elecciones plebiscitarias una coalición nacionalista no solo no obtendría el 66% del Parlament (necesario para reformar el Estatut), sino que podría perder la mayoría absoluta.

POSICIONES EMPRESARIALES

Jaume Guardiola exige previsibilidad

Cuando Mas pide a las élites catalanes que no obstaculicen «el proceso» es que nota que la mayoría de los empresarios -que apoyaban el pacto fiscal- ven con muchas reservas la independencia y los posibles problemas con Europa. El pasado jueves, al presentar los resultados del Sabadell, su consejero delegado, Jaume Guardiola, expresó  bien esa posición: el empresario quiere escenarios previsibles y estables. Son palabras educadas pero concluyentes. Y Guardiola, que antes del Sabadell estuvo en el área internacional del BBVA, es amigo personal de Mas (fue una de las pocas personalidades que asistió en Menorca a la reciente y discreta boda de la hija del president).