El bipartidismo resiste a los 'emergentes'

Rivera, celebrando el resultado de Ciudadanos, en un hotel de Sevilla.

Rivera, celebrando el resultado de Ciudadanos, en un hotel de Sevilla.

JOAN Tapia

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Desde las europeas de mayo pasado se proclama que las fuerzas emergentes van a liquidar el bipartidismo. Algunos datos de las elecciones andaluzas indican que la realidad es muy otra.

Primero. El bipartidismo está siendo castigado por la crisis y la corrupción pero resiste. El ganador ha sido el PSOE, pese a José Luis Rodríguez Zapatero y la jueza Mercedes Alaya. Y la segunda fuerza, el PP, pese al desgaste del Gobierno. Juntos representaban el 88,9% del Parlamento andaluz y ahora suman el 73%. Hay sanción, no debacle.

Por el contrario los partidos más perjudicados son IU, que pierde 7 de sus 12 diputados pero que en las europeas del 2014 triplicó su número de votos y UPD, que los dobló y que ahora no ha conseguido ni un solo escaño. Así pues los finalmente emergentes (Podemos y Ciudadanos) suben fundamentalmente a costa no del PP y del PSOE sino de IU y UPD, que hace poco eran consideradas fuerzas en ascenso.

Segundo. Las elecciones europeas las ganó el PP porque llegó primero pese a que perdió 2,6 millones de votos (el PSOE, 2,5). Ahora las andaluzas las ha ganado el PSOE porque ha llegado primero de forma destacada (47 diputados, igual que en el 2012, frente a 33, 17 menos) y solo ha perdido 130.000 votos contra 509.000 del Partido Popular.

Tercero. La derrota del PP es más visible porque la suma de la izquierda (PSOE, Podemos e IU) en el nuevo Parlamento es de 67 diputados (sobre 109) frente a 59 en el anterior. Por el contrario la derecha se divide entre PP y Ciudadanos y suma 42 diputados. En la legislatura anterior eran 50 y todos del PP.

Victoria psicológica

Cuarto. La victoria psicológica del PSOE es superior a los resultados. Tras las europeas varios sondeos daban a Podemos como ganador en España o como segunda fuerza (CIS) relegando a los socialistas a una desairada tercera posición. En Andalucía Podemos es la tercera fuerza, con 32 escaños menos que el PSOE. Y 18 menos que el PP. Una cura de humildad para Pablo Iglesias al que se le complica insistir en que el PSOE es "casta". Incluso parece que no obstaculizará demasiado la investidura de Susana Díaz. Al menos en Andalucía, el león (Podemos) no es tan fiero como lo pintaban. La encuesta del CIS le daba un 19% del voto (el real ha sido el 15%) y hasta 22 diputados (al final, 15). El PSOE mantiene todos sus diputados por lo que Podemos sube por el desplome de IU y en menor medida por la sangría del PP. Por otra parte Podemos e IU juntos suman 20 escaños. El partido de Julio Anguita solo ya consiguió esta cifra en los noventa.

Quinto. La derrota del PP es un duro golpe psicológico porque fue el primero en las elecciones andaluzas, porque baja 17 diputados, porque Rajoy se ha implicado en la campaña y porque hasta hace poco (enero) nadie auguraba a Ciudadanos este resultado (9,26% y 9 diputados). Y es la primera vez que el voto de la derecha se divide. En realidad Luis Garicano, el economista que ha redactado el programa económico de Ciudadanos, podría haber sido un ministro independiente del PP si Rajoy hubiera hecho un gobierno mas abierto y menos de partido.

Sexto. Al contrario de lo sucedido en otras ocasiones, la corrupción del PP (Gürtel y Bárcenas) parece haber pesado más que la de los ERE perseguida por la jueza Alaya.

Séptimo. Tras Andalucía, el PSOE tiene moral alta. No tanto por la extrapolación de resultados a las españolas (Andalucía es territorio PSOE) sino porque la próxima cita son las municipales y autonómicas y el PP arrastra lastre tanto en Valencia como en la emblemática Madrid. Dicen que Esperanza Aguirre tiene a favor el poder sumar tanto los votos fieles al PP como el de protesta conservador que quiere dar un coscorrón a Rajoy.