AGENTES REALOJADOS

El barco de Piolín zarpa sin policías de Barcelona

Guillem Sànchez / Barcelona

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El barco de Piolín, uno de los tres cruceros convertidos en hoteles flotantes para policías destinados a Catalunya, ya ha zarpado del puerto de Barcelona. Ha empezado a moverse pasadas las 10.30 horas, con más de media hora de retraso sobre el horario previsto.

El Moby Dada, nombre real de la embarcación, se ha hecho famoso a causa de los gigantescos dibujos de los Looney Tunes -entre los que se encuentra el canario Piolín- que tiene en el casco. Coloquialmente se ha bautizado el crucero con el sobrenombre de 'barco de Piolín' y a sus inquilinos armados como 'Piolines'. El espacio que deja este buque será ocupado por el Azurra, otro barco policial que hasta ahora estaba atracado en el puerto de Tarragona. De este modo, seguirán quedando dos buques para policías en Catalunya, los dos en Barcelona. 

Fuentes de Interior explicaron el pasado lunes que todos los agentes alojados en el Moby Dada en este crucero serán reubicados en hoteles catalanes. Precisamente este jueves el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha celebrado las "muchísimas ofertas" llegadas a su departamento desde hoteles de Catalunya para alojar a los policías y guardias civiles que forman parte del despliegue de seguridad desde semanas antes de la celebración del referéndum.

La intención del gobierno español es ir sacando a los policías de todos los cruceros progresivamente para que pernocten en tierra firme, hasta que llegue la hora de retornar definitivamente a su lugar de origen. El primero en haber sido vaciado ha sido el de Piolín. 

Con motivo del referéndum independentista del 1-O, el Ministerio de Interior desplazó a miles de agentes de unidades de intervención, tanto de la Guardia Civil como del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) a Catalunya. La cifra exacta de funcionarios enviados temporalmente para contener el 'procés' se desconoce. Oscila entre los 8.000 y los 10.000 agentes.

Todavía no existe fecha de regreso para estos policías, a pesar de que desde las instituciones catalanas se ha pedido reiteradamente que se marchen. Su estancia aquí ha desencadenado diversos incidentes con la población. Sobre todo durante los días posteriores a las cargas policiales para requisar urnas. Numerosos vecinos de poblaciones como Pineda de Mar o Calella protestaron airadamente esos días frente a los hoteles que alojaban a algunos antidisturbios para pedir su marcha.