El PP se la juega con Barberá

El presidente del PP, Mariano Rajoy, y la exalcaldesa Rita Barberá en un mitin de las pasadas municipales.

El presidente del PP, Mariano Rajoy, y la exalcaldesa Rita Barberá en un mitin de las pasadas municipales. / periodico

PATRICIA MARTIN / MADRID

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El ‘caso Barberá’ ha acabado provocando una implosión en el PP. La actuación auto exculpatoria y altiva de Rita BarberáRita Barberá ha provocado tanto daño a su partido como el propio escándalo de corrupción que a ella y otros cargos valencianos afecta. Este martes la exalcaldesa salió de nuevo a la palestra a confirmar que declarará ante el juez, pero insistiendo en su inocencia, en que no dimitirá de ninguna manera y en que tiene el apoyo de su jefe, Mariano Rajoy. Él mismo se encargó, unas horas después, de confirmar en parte esta tesis al hacer gala de “tranquilidad” por la decisión de la política valenciana en el mismo acto en el que dos de sus vicesecretarios, Javier Maroto Pablo Casado, no ocultaron su bochorno y su malestar ante las evasivas de la regidora. La diferencia de criterio entre el presidente de los populares –cuyo liderazgo no pasa por su mejor momento- y algunos de los jóvenes de su organización quedó patente.

Otros dirigentes conservadores se fueron sumando a los críticos con Barberá mientras que la secretaria general, Dolores de Cospedal, se ponía de parte de Rajoy. Tras la imagen de división, a mitad de la tarde, la dirección del PP movió ficha al entender que se la estaba jugando. Intentó salvaguardar su imagen y disimular las discrepancias. Enmendó en parte el espaldarazo de su jefe a la exalcadesa y abrió un expediente informativo masivo, una especie de causa general, contra ella y todos los implicados en el presunto blanqueo de dinero en el grupo municipal valenciano, estén o no imputados. Se trata de una cincuentena de cargos, algunos de los cuales ya fueron expulsados cuando se destapó el ‘caso Taula’.

IMAGEN DE CONTUNDENCIA

La decisión, en cualquier caso, es inédita y con ella el partido conservador trata de exhibir contundencia contra la corrupción justo cuando Albert Rivera presiona al PPAlbert Rivera para que aparte a su líder por no saber “limpiar” su casa. Actitud que ha provocado que Rajoy busque un cierre de filas, mientras cavila como lograr que el PSOE y C’s se sumen a la gran coalición y se prepara, por si acaso, para unas posibles elecciones en las que pretende repetir como candidato.

En este escenario, declaraciones como las de este martes de Barberá revelando que había tenido conversaciones “amables” con Rajoy, que “absolutamente nadie” en su organización le había pedido un paso atrás, perjudica las intenciones del presidente conservador, según algunos de sus colaboradores. Estas y otras expresiones de la exalcaldesa provocaron que Maroto y Casado ‘estallaran’ contra la política valenciana y sus formas. Preguntados por este diario, ambos admitieron que les “salió del alma” y que no comunicaron previamente sus intenciones a sus jefes. Si bien en el partido muchos opinan que en realidad se trata de un medido reparto de papeles y que mientras Rajoy intentó ir de ‘poli bueno’ apoyando el “paso adelante” dado por Barberá al aceptar declarar, los jóvenes vicesecretarios hicieron de ‘polis malo’, trasladando a la opinión pública lo que piensan la mayor parte de los cargos y la militancia.

LAS CONVERSACIONES "BOCHORNOSAS"

Sea intencionado o no, el caso es que se trasladó imagen de división pese a que, según la versión que difundió el vicesecretario de organización, Fernando Martínez-Maillo, la decisión de abrir un expediente se tomó por la mañana, antes de que Rajoy, Maroto y Casado hicieran declaraciones públicas. El propio Maillo explicó que en la tarde-noche del lunes leyó los más de 1.000 folios del sumario, después del levantamiento del secreto, y tras conocer las “conversaciones bochornosas” entre algunos implicados sobre cuál era el procedimiento para blanquear dinero negro, el PP decidió tomar medidas. El comité de derechos y garantías se reunirá en breve, nombrará un instructor y llamará a declarar a los implicados.