Geometría variable

Artur Mas tras el 'caso Pujol'

JOAN TAPIA

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Dos encuestas publicadas el domingo por EL PERIÓDICO y El País coinciden al milímetro en que el caso Pujol afectará negativamente al proceso (55,3% contra 31,8%, y 54% contra 33% respectivamente). Es, pues, falso que el caso Pujol no perjudique al independentismo. Aunque quizá menos - lo veremos el jueves- que la tesis contraria de que el contencioso catalán es ya cosa del pasado, tan popular en Madrid.

Lo que sí parece claro, pues así lo creen nada menos que el 78,5% y el 73,1%, es que lastra las expectativas electorales de CDC y la imagen de Artur Mas. El impacto ha sido muy fuerte, pues el 77,1% de los catalanes creen que Pujol no ha dicho la verdad y el 78,5%, que su entorno cobraba comisiones. La encuesta del GESOP para EL PERIÓDICO no se arriesga a una estimación de voto por la gran fuerza de la conmoción, ya que a la hora de preguntar por la intención de voto (la que se contesta directamente, antes de lo que se denomina la cocina), los que no responden han aumentado 13 puntos y los abstencionistas declarados (siempre menos que los reales) suben un 1,4%.

Pero la intención directa ya da una idea de por dónde van las cosas. CiU cae 3,2 puntos (hasta el 8,4%) mientras que ERC baja 3,4 (hasta el 19%), lo que relativamente es un descenso menor. El partido de Artur Mas resulta lógicamente tocado por el caso Pujol y ERC se ve también algo afectada por el descenso de todos los partidos que encarnaban la protesta antes de las europeas (aparición de Podemos) y del caso Pujol. Así, bajan con intensidad Ciutadans (2,7 puntos), ICV (2,3) y la CUP (2). Por el contrario, se recuperan algo los dos grandes partidos (0,8 puntos el PP y 0,3 el PSC) y avanza un poco Podemos (0,6 puntos).

Pero son muchos más los electores que abandonan sus anteriores apuestas en CDC, ERC, Ciutadans, ICV y la CUP (13,6%) que los que cambian a partidos que suben (1,7% en total). No obstante la ligera alza del PPC y el PSC y la subida de  Podemos (que crecería ahora no a costa de los partidos tradicionales sino de los de protesta) es algo que también se veía -incluso con mucha más fuerza- en las encuestas de El Mundo sobre España y Catalunya del domingo y lunes de la semana pasada. El voto de protesta quizá ya ha alcanzado su techo y Podemos engorda ahora a costa de los que abandonaron hace más tiempo a los dos grandes partidos españoles. Y en Catalunya este fenómeno puede  estar afectando también a ERC y a la CUP.

Por otra parte, la encuesta de El País aporta dos datos que de confirmarse merecen una seria reflexión. El 45% de los catalanes se declaran partidarios de acatar la casi segura suspensión de la consulta por parte del Tribunal Constitucional y volver a negociarla, mientras que solo el 23% son partidarios de celebrarla rompiendo la legalidad y el 25% apuesta por una salida sin consulta. Y el ímpetu independentista se frena frente a la llamada tercera vía propuesta por gente tan diversa como Miquel Iceta, Josep Antoni Duran Lleida y Joaquim Gay de Montellà. En julio, la independencia perdía por siete puntos (31 a 38%). Ahora la distancia ha aumentado a 15 (27% contra 42%). El resto (19%) corresponde a los que se declaran satisfechos con la autonomía actual.

El president Mas, que ha corrido demasiado y que, imprudente, no había previsto que CDC podía tener pies de barro para lanzarse a una operación tan fuerte como romper un Estado, debería consultar con la almohada, no confiarse en aduladores de oficio como cuando anticipó  las elecciones en el 2012, hablar con todos los partidos sin ninguna exclusión y actuar con responsabilidad. A Catalunya no le interesan apuestas que presumen de gran ambición pero que pueden resultar aventuras fallidas.