Mas dice que el Estado quiere destruir el PDECat porque sin él "no habrá" independencia

RAFA JULVE / BARCELONA

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El argumento no es nuevo, pero tuvo su qué volver a escucharlo por boca de Artur Mas un día después de que las sospechas de corrupción volvieran a estallar sobre la antigua Convergència como bombas de racimo. No se refirió explícitamente el expresidente de la Generalitat al 'caso 3%' y a las informaciones derivadas de las diligencias judiciales que apuntan a una financiación ilegal de CDC y llegan incluso a señalarle a él directamente, pero estaba claro a qué se refería. En un acto en Barcelona del ahora PDECat, Mas acusó al Gobierno central de querer "destruir" su partido porque, dijo, los poderes estatales son conscientes de que sin Convergència "no habrá" independencia.

"Van a por nosotros directamente", sentenció este sábado el expresident en el Centre Artesà Tradicionàrius ante unas 500 personas. Entre los asistentes, el diputado en el Parlament y extitular del Departament de Justícia Germà Gordó, cuyo nombre sobrevuela también las investigaciones de la Guardia Civil y que no dudó en situarse junto a Mas para demostrar unidad y ningún tipo de temor ante las cámaras de los medios de comunicación. El 'exconseller' se arcercó incluso a los periodistas para calificar de "totalmente falsas" las acusaciones de un constructor, que lo relaciona con el cobro de comisiones ilegales para el partido.

"POR TIERRA, MAR Y AIRE"

"Intentarán debilitar o, si pueden, destruir por tierra, mar y aire" lo que representa el PDECat, prosiguió el exjefe del Govern, que mezcló otros frentes judiciales como la causa del 9-N o las querellas contra los miembros de JxSí en Mesa del Parlament para contratacar con un revés a la fiscalía e ironizar con su independencia. "Otros van a juicios por casos de corrupción, nosotros vamos porque pusimos las urnas, hicimos simplemente de demócratas", proclamó tal vez sin reparar no solo en el caso 3%, sino en que el próximo miércoles empieza el juicio del caso Palau, en el que la antigua Convergència está acusada como responsable civil a título lucrativo por supuestas mordidas a través de la institución musical. Realmente, lo tienen complicado estos días los convergentes para dar respuesta al vendaval de reproches y acusaciones que llegarán por parte de la oposición. Sus socios de gobierno, ERC, y sus compañeros de hoja de ruta soberanista, la CUP, al menos sus principales dirigentes, guardaron silencio ante una situación que no les resulta nada cómoda. Ni si quiera lanzaron un solo tuit mientras otros partidos entraban a degüello con las nuevas revelaciones.

Fue el caso de la jefa de la oposición y líder de Ciutadans en Catalunya, Inés Arrimadas, quien dio la vuelta a la tortilla de los argumentos de Mas y acusó a la antigua CDC de querer la independencia para "tapar la corrupción". Según la dirigente del partido naranja, el verdadero objetivo del actual PDECat con la secesión pasa por poder "controlar" ellos la justicia para situarla fuera de los parámetros de España y la UE.

EL 'CASO PALAU'

También el socialista Miquel Iceta hurgó en las nuevas sospechas de corrupción sobre los convergentes y les reprochó que no dieran explicaciones sobre las últimas informaciones al respecto, mientras que el líder de En Comú Podem en el Congreso, Xavier Domènech, lamentó que Catalunya lleve «demasiado tiempo» arrastrando problemas de corrupción y abogó por abrir un "nuevo ciclo". El portavoz adjunto del PPC en el Parlament, Santi Rodríguez, por su parte, secundó la tesis de C’s de que no se ataca a CDC por su independentismo sino que CDC se ha hecho independentista para esconder sus escándalos, y añadió que empieza a haber muchas similitudes entre el 'caso 3%' y el 'caso Palau'.