El 'argumentario' de la CUP

Natàlia Sánchez, responsable de organización de la CUP

Natàlia Sánchez, responsable de organización de la CUP / CARLOS MONTAÑÉS

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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El documento de 55 páginas que la CUP distribuye a sus bases con argumentos favorables y contrarios a la investidura de Artur Mas cara a la decisiva asamblea del domingo en Sabadell incluye numerosos argumentos tácticos, juicios 'sumarísimos' a los adversarios, frases autocomplacientes pero también dosis de autocrítica severa.

La introducción incluye reproches directos al independentismo mayoritario por defender posiciones de “clase” y negarse a aplicar medidas que no requieren dinero o cuestiones referidas a las privatizaciones. La CUP acusa a CDC de practicar en el 2010 una operación partidista para dejar atrás a ERC. “Ponía las bases de lo que le está sucediendo ahora: que no tiene con quien pactar”. Y acusa a JxSí de haber fracasado en las elecciones del 27-S "dado que CDC no era propiamente independentista ni ERC era propiamente de izquierdas no pudieron ligar bien los ingredientes”.

La CUP se sitúa a si misma “correctamente en el cruce de caminos entre independencia y cambio social” pero se lamenta de no disponer de experiencia suficiente “a nivel de masas”para crear “la Unidad Popular que pide el momento de ruptura”. El lenguaje es en ciertos momentos casi bélico como cuando se afirma que se han visto obligados a maniobrar “en el terreno minado del enemigo -la investidura-”.

CONVERTIRSE EN UNA 'ERC BIS'

En cambio, no investir a Mas impediría aplicar las propuestas de JxSí. “Unas elecciones anticipadas no permitirían volver a ninguna negociación con ventaja porque la recomposición del independentismo hegemónico se haría pensando en mantener a la CUP fuera de cualquier mesa de conversaciones” e incluso el independentismo mayoritario podría buscar acuerdos con Podemos y el PSC.

A partir de ahí, una serie de documentos con argumentos contundentes a favor y en contra de Mas. Por ejemplo, Alternativa d’Esquerres, Corrent Roig y Lluita Internacionalista creen que Mas es “el político 'business friendly' que simboliza los recortes, las privatizaciones, la corrupción y la represión de las luchas sociales” por lo que investirlo convertiría a la CUP en una “ERC bis”. En cambio, Poble Lliure apuesta por el acuerdo porque “es el peor escenario tanto para una CDC debilitada como para el espacio de En Comú Podem, ya que vuelve a poner al independentismo de izquierdas en la centralidad política”. “Consigamos un buen acuerdo para la ruptura y aceleremos la implosión del Estado español”, concluye.

Otro de los documentos abunda en esta tesis y argumenta que si hay nuevas elecciones se produciría una desmovilización popular. El texto llama a aprovechar la debilidad de CDC porque “no controla el bloque independentista”. Por todo ello sacan pecho: “la capacidad para condicionar de la CUP es casi absoluta. Solo falta la voluntad para poder asumir esta responsabilidad”.

CRÍTICAS A LA ASAMBLEA DE MANRESA

Este documento es contundente respecto al veto a Mas, que se ha convertido en “un dogma” con consecuencias negativas como tensionar el independentismo y convertirlo en "mártir y garante del proceso a una persona”. Este texto acaba criticando duramente la votación de la asamblea de Manresa porque no se priorizó el mejor escenario ni los objetivos. Considera “mejorable” el sistema de votación de esa reunión “sin táctica definida clara”.