80 años en dos palabras

Dictadura

Escoger es traicionar. En este caso, a la memoria. Un diccionario como este se abastece de flases, de instantáneas, de momentos. No es una enciclopedia sino el acercamiento a la atmósfera de un tiempo. De dos tiempos, en realidad, a partir del quicio de 1975.

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JOSEP MARIA FONALLERAS

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A Ademán: acostumbraba a ser impasible, lo cual no deja de ser una contradicción, porque ademán implica movimiento. Pero, claro, se refería a los compañeros que hacían «guardia en los luceros». Es decir, a los que, según el Cara al Sol, habían caído muy poéticamente en combate. El fascismo es hierático por convicción.

B Bernabéu: presidente eterno del Real Madrid que dio nombre al estadio. Fue famoso por las copas de Europa, por robarnos a Di Stefano y por entrar desfilando por la Diagonal en 1939. El himno del club parece hecho a su medida: «Noble y bélico adalid, caballero del honor». Amaba a Catalunya, «a pesar de los catalanes».

C Caídos: siempre presentes, el primero fue José Antonio Primo de Rivera, que cayó antes que todos los demás. Y el último, Franco, que murió en la cama y que descansa, es un decir, en el Valle de los ídem. Luis Pastor ya lo cantaba: «Por mucho que le llaméis no saldrá del agujero».

Collares (la): también conocida como la Señora o Carmen Polo (de Franco, por supuesto). El alias viene de su desmedida afición por las joyas. Sus allegados la disculpaban. Decían que los llevaba para disimular un alargado cuello de instigadora. Quiso que su nieta fuera reina, pero no pudo.

D Destino: en lo universal. Nunca nadie supo descifrar exactamente el misterioso contenido del emblema. La unidad de destino en lo universal, vista hoy día, más se parece a una guerra de galaxias quea a un lema fascista. «Una, grande y libre» era falso pero más claro.

E Españoles (todos): peculiar inicio rimbombante, majestuoso y vacuo de los discursos pronunciados por Franco desde el Palacio de Oriente.

Eta: organización terrorista vasca que nació en un entorno eclesiástico y que luchó contra la dictadura hasta que no supo distinguir las fronteras entre la resistencia y el asesinato. La subida a los cielos del coche de Carrero Blanco fue el primer aldabonazo del fin del franquismo.

Eurovisión: en el franquismo, lo más cercano a Europa que pueda imaginarse. En la única tele que existía, España recogía los votos de la dictadura portuguesa y algunos más, e incluso llegó a ganar en la Pérfida Albión, conocida como Inglaterra, para demostrar que no todo eran folclóricas y que lo pop era también patrimonio nacional, con mesura.

F Falange: organización nacional-socialista que pasó a ser residual en cuanto llegó la tecnocracia, e incluso antes. Reserva espiritual con un yugo y cinco flechas, uniformes blancos y camisas oscuras, como la que lucía Samaranch.

Fen: Formación del Espíritu Nacional, todo con mayúsculas. Se trataba de sumergir a los niños en los Principios Fundamentales del Movimiento y en el Fuero de los Españoles. Por narices y con mayúsculas, evidentemente. ma más serio de la España democrática.

G Garrote: conocido como Vil. Método antediluviano habitual para ejecutar a los reos de muerte, entre ellos Puig Antich. Berlanga lo convirtió en protagonista de una genial comedia de humor negro, El verdugo.

Generalísimo: Franco no podía limitarse a ser solo un jefe de Estado y a pasar a la historia como un simple general. Incluso Caudillo era poco. Por eso se inventó el superlativo, en parte para compensar su estatura, en parte para dejar claro que más allá de su rango solo estaba la eternidad, llena de estatuas ecuestres.

H Hendaya: estación de tren donde Franco se encontró con Hitler y, muy altivo y chuleta, le dijo que España no entraba en la guerra. Después se supo que no fue exactamente así. Lo que sí fue cierto es que España, al cabo de unos años, se llenó de criminales nazis al amparo del régimen.

I Inquebrantable: la adhesión a los principios del Movimiento tenía que serlo. No se admitían fisuras ni medias tintas ni demasiadas discrepancias ni frivolidades. Denota una voluntad férrea de no dejar títere con cabeza, entre propios y extraños. O eras inquebrantable o eras rojo.

L Lucecita: la del Pardo. Siempre estaba encendida, para que los españoles todos supieran que ahí estaba Franco, sin dormir, siempre atento a firmar una sentencia de muerte, una proclama, un cese. El Generalísimo era austero y abnegado hasta el límite, eso decía, y el símbolo de su fervor patrio era una bombilla en su despacho.

M Movimiento: el nombre que lo englobaba todo. No se sabe a ciencia cierta hacia dónde llevaba, tanto trajín, más allá de la sumisión, las fosas comunes, la represión y la cárcel. En cualquier caso, no dejó de moverse en 40 años.

N No-do: De Noticiario y de Documental. Propaganda que consistía en tener cautivas a las masas expectantes en un cine, ansiosas por ver a John Wayne, y largarles antes un corto con el Caudillo inaugurando pantanos o pescando salmones. O viendo al Madrid ganar la Liga.

P Palio: Dosel colocado sobre cuatro varas bajo el cual desfilaba el cuerpo de Cristo. Franco también. No era Dios pero para sus obispos nacional-católicos como si lo fuera.

S Suecas: en plural. Símbolo del turismo y mito erótico del español medio descubierto al mismo tiempo que descubría que las mujeres podían bañarse sin mantellina ni enaguas.

T Tromboflebitis: el equipo médico habitual se hartó en 1975 de escribir la palabra que finalmente fue la que acabó con Franco.