La Andalucía de Díaz sostiene a Sánchez

SUSANA DÍAZ

SUSANA DÍAZ / periodico

JULIA CAMACHO / SEVILLA

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El triunfo del PSOE andaluz evitó una debacle socialista y la caída de Pedro Sánchez, consolidando a la región como la única reserva espiritual del partido. De paso, los resultados en Andalucía aumentaron la fortaleza de la presidenta Susana Díaz, que se afianzó como referente del PSOE al ganar sus cuartas elecciones consecutivas. Tras la sorpresa del 2011, cuando el PP ganó por vez primera los comicios generales en la región, el ‘efecto Susana’ resurgió anoche y retomó su posición como partido más votado aunque por la mínima: una diferencia de dos escaños y dos puntos sobre el PP, que perdió 11 escaños. E IU, con el 5,76% de los votos, perdió los dos escaños que tenia.

Andalucía, la comunidad que más diputados aporta al Congreso, fue --con Extremadura-- la única región donde el PSOE logró la victoria y 22 escaños (31,54% votos), dando a vuelta a los nueve puntos que sacó el PP en el 2011 y consolidando su marca como granero socialista tras el descalabro del PSC. Se mantuvo en Sevilla como fuerza hegemónica, aunque con dos diputados menos, y dio la vuelta a la tortilla en Granada pese a perder el cinco por ciento de votos. También resistió en Almería, Cádiz, Huelva y Málaga, manteniendo los mismos escaños que en el 2011.

Enfrente, el PP certificó la cuesta abajo en la que se ve atrapado desde la marcha de Javier Arenas, al que el pacto PSOE-IU impidió gobernar pese a ser la lista más votada. Tras un liderazgo de transición, Juan Manuel Moreno Bonilla aterrizó en marzo del 2014 sin poder liberarse de la sombra del factótum conservador andaluz, y atribuyendo sus malos resultados en europeas, autonómicas y municipales a la falta de tiempo para consolidar un proyecto propio. Ayer la región se bajó de la ola azul que inundó el país en el 2011, y  los conservadores se dejaron el 16% de votos, obteniendo 22 de los 61 escaños en juego (29,12%% de los votos). Mantuvieron su poder en Málaga y Córdoba, aunque perdieron Almería, Cádiz  y Huelva, donde el bipartidismo registró empate.

LOS EMERGENTES

Los diputados que dejó en el camino se repartieron entre Podemos, que con 10 escaños y el 16,84% de votos irrumpió en Sevilla y Málaga (granero socialista y conservador respectivamente) y se afianzó en Cádiz, Málaga y Sevilla (2 escaños en cada uno) y uno en el resto de provincias. También se aprovechó Ciudadanos, que sacó 8 escaños con el 13,77% de votos: dos en Sevilla y Málaga y uno en Almería, Cádiz, Córdoba y Granada. El pacto de investidura con los socialistas no pareció pasarle factura, y logró 200.000 votos más. Solo Jaén, con una población eminentemente rural, se resistió al empuje de los emergentes y se mantuvo fiel al bipartidismo, con el PSOE manteniendo sus tres escaños y un PP que pagó los 11 puntos menos en votos con el escaño que perdía la provincia. 

EL INTERÉS DE LOS ESPAÑOLES

Conocidos los resultados, Susana Díaz, lanzó un mensaje de cara a las negociaciones que se abren ahora para formar gobierno. “Por encima de cualquier interés debe estar siempre el interés por España y por los españoles”, ha dicho. En una intervención sin preguntas poco después de la comparecencia de Pedro Sánchez, Díaz valoró el éxito que supone que uno de cada cuatro diputados del PSOE en el Congreso serán andaluces.

Tras felicitar al PP por ganar las elecciones, Díaz se ha sumado a la tesis de su secretario general acerca de que ahora le toca a los conservadores “la responsabilidad de formar gobierno”. Una responsabilidad para la que, según ha dicho, los españoles han puesto dos condiciones: ni recortes ni ruptura de la unidad de España. “Los socialistas andaluces defenderemos la igualdad de los ciudadanos y el cuidado de un proyecto que tiene futuro”, ha aseverado, para apuntar a continuación que “el PSOE sigue siendo el primer partido de la izquierda” y al que “le corresponde ser esa garantía contra los recortes y la defensa de la igualdad de los ciudadanos”.

En este sentido, ha insistido en que ese nuevo tiempo político exige “mucho diálogo, entendimiento y compromiso con esa regeneración democrática y lucha contra la corrupción”.