RELEVO EN EL MINISTERIO PÚBLICO

Alejandro Luzón sustituye a Moix al frente de Anticorrupción

El fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón y el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, durante el juicio.

El fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón y el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, durante el juicio. / epp

ÁNGELES VÁZQUEZ / MADRID

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El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, ha decidido zanjar la crisis abierta en la Fiscalía Anticorrupción tras la designación de <strong>Manuel Moix</strong> eligiendo para el puesto a Alejandro Luzón. El sucesor de Moix es el fiscal del 'caso Bankia' y a él se debe la condena de cuatro años y medio de cárcel impuesta al expresidente de la entidad bancaria Rodrigo Rato y la de seis años para el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, por apropiación indebida por el uso de las 'tarjetas black' que hicieron tanto ellos como los consejeros a su cargo.

Luzón ha obtenido ocho votos del consejo fiscal: los de los seis consejeros de la Asociación de Fiscales y los de los dos miembros natos del consejo fiscal, el teniente fiscal del Tribunal Supremo, Luis Navajas, y el fiscal jefe de Inspección, Fausto José Cartagena

Maza, que quería para el cargo a alguien sin relación con Anticorrupción y que pusiera "orden" en la Fiscalía especial -consigna repetida como un mantra durante el polémico mandato de Moix por los miembros del Gobierno-, trasladará finalmente al Ministerio de Justicia el nombre de Luzón para que sea nombrado formalmente en el próximo Consejo de Ministros como jefe de la fiscalía encargada de luchar contra la corrupción. Pese a la intención inicial del fiscal general del Estado, el elegido se incorporó a Anticorrupción desde su creación en 1995 y permaneció allí hasta el 2015, cuando fue nombrado teniente fiscal de la secretaría técnica del ministerio público.

APOYO CONSERVADOR

Esta es la segunda vez que Luzón optaba al puesto. En la anterior votación de febrero también contó con el respaldo de los miembros natos del consejo fiscal, pero la conservadora Asociación de Fiscales apoyó en bloque a Moix, que tras tres meses en el cargo presentó su dimisión depués de conocerse que tenía una sociedad en Panamá. Entonces dos de los tres vocales de la Unión Progresista de Fiscales también le votaron, por el respeto con el que cuenta en la carrera, pese a que se le considera de tendencia conservadora. En esta ocasión, los tres miembros de la asociación progresista apoyaron al fiscal de sala jefe de lo contencioso del Tribunal Supremo, Pedro Crespo, que figura entre sus afiliados y que era el único de los siete candidatos que optaban a la plaza que ya está en la máxima categoría de la carrera fiscal.

El programa de actuación planteado por Luzón para hacerse cargo de Anticorrupción es la antítesis del que en su día elevó a Moix. Donde este proponía "controlar" la actuación de los fiscales encargados de luchar contra la corrupción, mediante la supervisión de todas las actuaciones, el primero habla de "motivarles" haciéndose responsable de sus decisiones. A lo largo de 21 páginas, el futuro fiscal jefe deja constancia de su conocimiento de la fiscalía más delicada, reclamando más fiscales, mejores instalaciones y hasta entrando en el detalle de dejar constancia de la necesidad de reforzar al experto que se encarga de las incidencias informáticas que surgen en el día a día.

DE ESPECIAL TRASCENDENCIA

El proyecto de Luzón es muy duro con las consecuencias que puede acarrear la escasez de personal y medios a la hora de luchar contra la corrupción. Y propone que, de no solucionarse, se sea más restrictivo con el criterio de "especial trascendencia" que habilita a Anticorrupción a la hora de asumir la investigación de asuntos, "atendiendo a los casos que verdaderamente justifiquen su intervención", apostilla. Desde Justicia ya se ha anunciado que se convocarán las ocho plazas actualmente ocupadas en la fiscalía especial por fiscales en comisión de servicios y otras cuatro nuevas. 

Luzón también fue, junto a Daniel Campos, el fiscal del 'caso Roldán', por el que se condenó al exdirector general de la Guardia Civil. Cuando abandonó Anticorrupción para irse a la secretaría técnica en enero del 2015, decidió seguir actuando en el 'caso Bankia' y el de las 'tarjetas black'.