Tarragona tendrá un alcalde del PP (durante dos semanas)

Alejandro Fernández sustituirá hasta mediados de agosto al socialista Josep Fèlix Ballesteros, con quien firmó un pacto de estabilidad el pasado mes de febrero

Alejandro Fernández (en el centro de la foto), el pasado miércoles en el Parlament.

Alejandro Fernández (en el centro de la foto), el pasado miércoles en el Parlament. / periodico

Rafa Julve

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Tres días después de que los partidos independentistas desafiaran al Tribunal Constitucional al aprobar en el Parlament las conclusiones de la comisión del Procés Constituent, una capital de provincia catalana tendrá como alcalde a un representante del PP. Será Tarragona, solo desde este fin de semana hasta el 15 de agosto y debido a las vacaciones que se tomará el titular, el socialista Josep Fèlix Ballesteros, pero aun así tendrá su qué ver al popular Alejandro Fernández dirigiendo en funciones el consistorio justo en estos días de renovada tensión soberanista.

Aunque Ballesteros ha recordado que, bajo el mandato de Joan Miquel Nadal (CiU), el PP ostentó ocho años la alcaldía accidental, en estos tiempos de pulsión identitaria la mayor cota de poder autonómico o municipal alcanzada los populares en Catalunya había sido la alcaldía de Badalona, esta sí de forma permanente durante una legislatura, de la mano de Xavier García Albiol, quien gracias a que CiU se votó a sí misma y permitió que gobernara la lista más votada ocupó el cargo entre junio del 2011 y junio del 2015. Badalona es la tercera localidad catalana más poblada. Tarragona, la séptima, pero tiene rango de capitalidad provincial y ahora Fernández tendrá la oportunidad y el "orgullo" de representarla institucionalmente aunque sea por unos días.

A RAÍZ DEL PACTO DE FEBRERO

El también diputado en el Parlament ha presidido ya siete juntas de gobierno desde que se convirtió en primer teniente de alcalde y coordinador del área de Presidencia y Estrategias de la ciudad. Ocupa ese cargo desde febrero de este año a raíz del pacto firmado entre el PSC (nueve concejales) el PPC (cuatro) y Unió (uno), lo que aseguró a Ballesteros la estabilidad del equipo de gobierno municipal pues los partidos de la oposición suman un regidor menos. Con esa alianza el edil socialista pretende mantener encarrilados proyectos como los Juegos del Mediterráneo del 2017, muy cuestionados por otro grupos, y el despliegue del Plan Estratégico Tarragona 22.

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"Durante estos días estaré habilitado para tomar todas las decisiones que puede tomar un alcalde, pero no me voy a pensar que soy Gengis Kan. Actuaré con prudencia, moderación y con la predisposición de dialogar y pactar con todos", subraya Fernández a este diario. Satisfecho por la "gran respuesta social" a la última medida que ha impulsado su equipo, la rebaja de precios en los párquings municipales, el regidor del PPC representará al ayuntamiento en la entrega de trofeos del Torneo Ciutat de Tarragona, en la Firagost de Valls y en otro tipo de acontecimientos estivales.

EL PULSO SOBERANISTA

"Mi deseo es que se preserve la normalidad en el consistorio y el correcto funcionamiento institucional, no como pasó el miércoles en el Parlament", se significa el dirigente del PP. En todo caso, él defiende que el pulso soberanista tan arraigado en la Cámara catalana "no debería trasladarse a la política municipal". Es más, espera que eso no ocurra durante su quincena como alcalde accidental. "Tengo una relación personal muy cordial con los otros grupos y, más allá de las discrepancia ideológicas, nunca ha habido ningún conflicto reseñable", subraya.

Sus rivales, en cambio, han sido menos conciliadores. El jefe de la oposición, Rubén Viñuales (Ciutadans), considera que la alcaldía accidental la ostente el popular “contraviene las normas democráticas, puesto que representa la cuarta fuerza más votada” y “esta anomalía será gracias al PSC”. Viñuales manifiesta abiertamente su desagrado: “No me gusta nada que este señor [Fernández], que en su programa focalizaba los problemas en determinados sectores sociales, sea alcalde”.

LA CUP: "NO ES UN HECHO ACCIDENTAL"

La portavoz de la CUP, Laia Estrada, asegura que “no es un hecho accidental, sino el resultado de una decisión política”. Para la formación anticapitalista, se trata de “la consecuencia directa del pacto reaccionario de Tarragona” -formado por PSC-PP-UDC- “que evidencia el carácter derechista del PSOE tarraconense”, informa Esther Celma.

Para el republicano Pau Ricomà, “el principal problema no es que Fernández sea alcalde durante quince días, sino que ya hace tiempo que está ejerciendo como tal”. Esto es así, según el portavoz de ERC, por culpa de la “pasividad e inoperancia de Ballesteros y del grupo del PSC”.