Albiol se sentará en el banquillo por sus panfletos contra los rumanos

El Juzgado de Instrucción número 2 de Badalona ha decretado la apertura del juicio oral contra el alcalde de la ciudad, Xavier García Albiol, por un «delito de provocación al odio, a la discriminación o a la violencia» y por otro de «injuria colectiva provocadora», según reza el auto del magistrado. En abril del 2010, en la precampaña de las autonómicas (y a un año de las municipales, donde Albiol se jugaba sus opciones de ser alcalde), el dirigente popular repartió junto a la líder del partido en Catalunya, Alícia Sánchez-Camacho, panfletos electorales que vinculaban a los gitanos rumanos con los problemas de seguridad y delincuencia de la ciudad. SOS Racisme llevó la acción a los tribunales. La entidad se felicitó ayer por la apertura del juicio y por ser «la primera vez en Catalunya y en España que un político es juzgado por este motivo».

La jueza considera «sólidas y consistentes las acusaciones formuladas» tanto por la oenegé, que actúa como acusación particular, como por la Fiscalía. Advierte, asimismo, de que contra esta decisión de apertura de juicio oral -que aún no tiene fecha prevista- no se puede interponer recurso alguno.

REPARTO EN LA SALUT / Los 15.000 dípticos que los populares repartieron por los barrios de Llefià, Sant Roc y la Salut (con un largo registro de incidencias en la convivencia) contenían fotografías de gitanos rumanos acompañados de lemas como«inseguridad», «delincuencia»y«vandalismo»,y la imagen de una pintada con el mensajeNo queremos rumanos.

En semanas posteriores al reparto de los folletos, Albiol prosiguió con el mismo discurso en diferentes actos. En uno de ellos, en septiembre, afirmó: «Aquí no tenemos campamentos de gitanos como en Francia, aquí la situación es aún peor, están repartidos por los barrios de la ciudad haciendo la vida imposible a los vecinos y, encima, cuando nos quejamos nos atacan y nos tachan de racistas», según recoge el escrito de SOS Racisme a la justicia.

La Audiencia de Barcelona había obligado a mediados de septiembre al juzgado de instrucción badalonés a reabrir la acusa al concluir que estas expresiones representan objetivamente un ataque a la dignidad personal y al honor de todos lo miembros del colectivo de gitanos rumanos y pueden contener un «mensaje claramente incitador a la discriminación y al odio». Esta decisión echó por tierra la decisión del juzgado de instrucción que lo había archivado al considerar que se trataba solo de excesos verbales.